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Fernanda Ramirez

Disculpas tardías que matan una imagen

Esta reflexión nace a raíz de dos acciones que tuvieron lugar el domingo en la final de la Copa del Mundo Femenina

Todos nos equivocamos, pero en el caso de las figuras públicas la trascendencia de los errores tiene un impacto mayor, en especial cuando son amplificados por las inmediatez y juicios que se emiten en redes sociales. Ante ello, el arrepentimiento y la disculpa inmediata es el único camino para evitar consecuencias que puedan acabar con carreras y en el peor de los casos desprestigiar marcas.

Esta reflexión nació a raíz de dos acciones que tuvieron lugar el domingo en la final de la Copa del Mundo Femenina, que se destacó en Australia y Nueva Zelanda, donde España se alzó con el título tras vencer a Inglaterra 1-0. Durante la celebración, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ​​Luis Rubiales, primero realizó un gesto obsceno en el palco del estadio; luego, durante la entrega de medallas y trofeos besó en la boca a una de las jugadoras de la selección española (Jenni Hermoso).

El beso a Jenni Hermoso es lo que ha desatado mayor polémica y con razón. Durante la premiación a las campeonas, Luis Rubiales agarró el rostro de Hermoso y la besó en los labios, sin ningún tipo de solicitud previa. Si bien ni en el momento, ni después, ha habido queja o crítica por parte de la jugadora, quien dijo que se trató de un “pico” entre amigos producto de la euforia del momento (incluso dijo que se trató de algo mutuo), lo cierto es que la acción del presidente de la Federación Española de Fútbol es censurable.

Pero más aún es la actitud que tomó momentos después de su acción. Después de acabada la celebración en el campo y al ser cuestionado por periodistas por el beso, Rubiales se limitó a minimizar el hecho e insistió en llamar idiotas y tontos a quienes se centraban en criticar su beso, y no tuvieron en la gesta lograda por la selección española, que consiguió su primer mundial de fútbol femenino.

Los insultos de Rubiales a todo un país están tan fuera de lugar como su beso a Jenni Hermoso. Como figura pública y representante del principal deporte en España, no sólo se ha mostrado como un abusador (por el beso), sino como una persona soberbia que puede afectar seriamente la imagen de una de las instituciones más importantes del país.

La euforia y alegría del momento pueden haber superado a Rubiales, porque errar es de humanos. Pero la actitud tomada tras sus acciones podría abrir paso a su salida de la presidencia de la Federación, pues ya hay representantes de partidos políticos que han pedido su dimisión.

En este caso la falta de arrepentimiento y disculpa oportunidad podría pasar una factura definitiva. Este lunes Luis Rubiales se disculpó por su beso a Jenni Hermoso, dijo que fue una acción del momento, “algo sin maldad” entre dos amigos, y que eso no debería empañar la hazaña conseguida por la selección española. El cambio en el tono de la comunicación de Rubiales puede haber llegado tarde para él; las siguientes semanas determinarán su destino. Sin embargo, el hecho es una muestra de que una disculpa y arrepentimiento a tiempo tiene más valor de cara a la imagen de una personalidad pública, que la soberbia y el orgullo.

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