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InfluencerDB corrió un estudio en donde dio cuenta de la cantidad de personalidades con que cuentan una cuenta de redes sociales siendo mascotas.
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Los petfluencers son una importante categoría que comprueba la importancia de las historias.
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Dentro de los dogfluencers, plataformas de redes sociales como Instagram se han vuelto aliados indispensables de estas personalidades pelulas.
Un perro llamado Niko ya cuenta con su diplodog y la identificación no oficial de la Embajada de México en Chile, nos permite entender lo importante que se han vuelto las mascotas ya sea con la emisión de una identificación de este tipo o sumándose a tendencias como la de ser dogfluencers.
Los dogfluencers forman parte de un mercado al que se le ha dado el nombre de petfluencers, donde animales como un pez globo, gatos, perros y otros animales han engrosado con seguidores sus cuentas en redes sociales, determinando con ello lo importante que se ha vuelto en comunicación contar con recursos creativos, que ayudan a involucrarse con nuevas actividades en el mercado, como pautar en influencers peludos, tal como lo ha medido un estudio de InfluencerDB.
“Diplodog”
Parece broma pero un post de Rodrigo Morales Castillo (@Rodrigomoralesc, Twitter) evidenció como un perro de la raza Bulldog francés se convirtió en una mascota “diplomática”.
NIKO también tiene la suya. ?
???? https://t.co/TjtCESroVa pic.twitter.com/SjtJMyeaQ7— Rodrigo Morales Castillo (@Rodrigomoralesc) April 12, 2023
El hecho lo describió como “Niko también tiene la suya”, al comparar la identificación emitida por la embajada al perro en donde se lee: “diplodog”, junto a la suya en que se identifica como parte del Servicio Exterior Mexicano en la Embajada de México en Chile.
La anécdota documentada en redes sociales ha dado pie a una serie de comentarios por parte de los seguidores como los que hizo Cristobal Sáez, quien mostró la identificación que le hizo a su mascota con el nombre de “Zapato Saiz”, para aparentar que trabaja en el servicio de salud de Arauco. Otros usuarios se burlaron y calificaron el hecho con comentario como unos en los que esperaban ver a la mascota renovando su pasaporte, mientrsa que otros usuarios pidieron un diplodog para sus mascotas.
“Antes el servicio exterior mexicano era referencia internacional ahora hasta ladran”, escribió el usuario Gustavo Entropía.
La historia de un perro que cuenta con una identificación emitida aparentemente por una entidad diplomática da cuenta de cómo la relación con las mascotas ha derivado en este tipo de prácticas que dan cuenta de la familiaridad con que se identifica a los animales ya no como mascotas, sino como miembros de una familia.
Como esta anécdota hay muchas historias de cómo los perrhijos destacan en redes sociales no solo porque cuentan con una identificación aparentemente emitida por la Embajada de México en Chile, sino porque incluso cuentan con influencia en redes sociales, dando paso a una categoría que se llama dogfluencers.
Las historias que protagonizan se han vuelto en referentes de cómo los animales se han involucrado cada vez más en actividades que llaman la atención por el factor ordinario con que hacen un review de alimentos para mascotas o un viaje, siendo estos segmentos de productos y/o servicios, los que pautan con los influencers peludos, para comunicarse con audiencias que tienen predilección por seguir sus cuentas y reaccionar al contenido que publican.
Ya sea una identificación “diplomática” que llama la atención en Twitter o un segmento conocido como dogfluencers, las redes sociales se han vuelto escenarios clave para poder integrar a los consumidores en actividades cada vez más valiosas en consumo.
Esta apreciación en consumo se ha identificado como pauta de trabajo que al día de hoy nos ayuda a integrar con el consumidor y definir entorno a ello tareas coyunturales.