En México, el 94.3 por ciento de los nuevos establecimientos son micro empresas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Es tal la importancia de las micro empresas que ofrecen 72 por ciento de los empleos en la nación.
Sin embargo, vale la pena tener claro que una micro empresa es totalmente diferente a una pequeña empresa, que entra en la categoría de PyMEs. La micro generalmente carece de una estructura formal de organización y siempre ha estudiado su competitividad en el mercado, ni la situación de sus empresas “rivales”.
En cuanto a número de empleados, están formadas entre dos y 10 personas, de acuerdo con la cantidad de actividades que desempeñan. Ejemplos de ellas son los puestos de comida o las tienditas de la esquina.
Por lo regular comercializan o prestan servicios en el sector terciario, generando una facturación variable por año, pero con ingresos suficientes para sufragar sus costos, incluso con un margen de utilidades interesantes, de acuerdo con el “Manual para elaborar un plan de mercadotecnia”, de Ricardo Fernández.
En cuanto a las pequeñas empresas, tienen un peso económico considerable, una estructura más formal, en la que generalmente el dueño es directivo y comercializa a la vez. Tiene noción informal de sus competidores y la situación del mercado.
Entre 11 y 50 empleados la mantienen a flote, aunque varia el número, lo que no cambia es que sus utilidades son incluso más bajas que las de las micro empresas; sin embargo, su facturación anual es importante.
Se estima que el 65 por ciento de las pequeñas y medianas empresas en México son de carácter familiar, de las cuales el 80 por ciento no cuenta con algún tipo de certificación y cerca de 50 por ciento no utiliza técnicas en calidad o productividad.
Así, la diferencias entre una y otra son amplias y definidas.