La piratería es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las marcas en diversos mercados del mundo.
Tan sólo en el mercado mexicano, un reporte reciente entregado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), indica que 41.9 millones de consumidores compraron algún tipo de piratería durante el último año con un gasto conjunto de más de 20 mil millones de pesos.
Las cifras anteriores ponen en claro un problema que ha acompañado el desarrollo de importantes categorías de productos, en donde uno de los más afectados podría ser el sector de la moda.
No obstante, este segmento económico ha encontrado en esta debilidad una oportunidad convirtiendo a la piratería en un lenguaje para conectar con sus públicos meta.
Tal y como reportan desde Vogue, algunas reconocidas firmas de lujo han volteado al diseño de prendas “falsas” para llegar al mercado de masas. Durante 2016, por ejemplo, Vetements llevó a cabo una venta de garage “official fake” fuera de Seúl, donde los remakes de piezas icónicas dieron pie ingeniosamente a la proliferación de Vetements bootlegs en esa ciudad, al tiempo Gucci lanzó una línea de ropa inspirada en falsificaciones de los años 80’s encabezada por una camisa en la que se lee la era “Guccy”. Tanto Vetements como Gucci, son de las marcas más copiadas del mundo, con lo que su estrategia tiene sentido.
Diesel es una de las marcas que se suma a esta tendencia, con lo que ha abierto un punto de venta en la ciudad de New York en el que se venden productos creados por la marca pero que asemejan a las imitaciones que se hacen de sus productos. Se trata de una tienda pop-up en cuya entrada se lee “Deisel -For Successfull Living”.
El punto de venta en el que se exhiben pantalones de mezclilla, sudaderas, gorras y camisetas de la firma con el logo de Diesel mal escrito y etiquetado con precios de copia, es parte de la estrategia de comunicación para impulsar la campaña primavera/verano 2018 de la firma llamada Go With The Flaw.
Este es un ejemplo más del concepto “copia auténtica” que se ha hecho especialmente popular durante los últimos años entre las principales firmas de moda, jugadores que son de los grandes afectados cuando de piratería hablamos.
Aunque puede ser un esfuerzo interesante para llegar a las masas de la mano de un enemigo que poco se puede neutralizar, lo cierto es que no se puede perder de vista que las imitaciones, entre otras cosas, dañan el valor intrínseco de la marca hecho que a la larga puede resultar altamente perjudicial para cualquier firma. Lo que resta es esperar para conocer que tan fructífera resulta la tendencia “official fake” dentro del sector de moda.