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La UNESCO y la ONU celebran el Día Mundial de la Ciencia cada 10 de noviembre.
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Los lenguajes del marketing y la publicidad funcionan con efectividad para promover la divulgación de la ciencia.
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Carl Sagan ha sido el más importante divulgador de la ciencia y en sus contenidos se aprecian distintas técnicas que la publicidad también emplea.
Aunque pudiera pensarse que las acciones del marketing, la publicidad o propaganda son ajenas a la ciencia y su divulgación, pueden apreciarse algunos ejemplos que ejecutan técnicas que también se emplean en el mundo de la mercadotecnia.
Desde la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se promueve el 10 de noviembre como el Día Mundial de la Ciencia, que entre otras cosas se propone “coordinar esfuerzos por acercar la ciencia a la sociedad, así como trabajar con los Estados Miembros en las dimensiones éticas que la ciencia plantea”.
Algunos de los lenguajes que los mercadólogos y publicistas han logrado desarrollar de manera cotidiana han sido también ejecutados tradicionalmente por algunos divulgadores de la ciencia, quizás uno de los casos más emblemáticos es el del astrónomo estadounidense Carl Sagan, quien acercó el conocimiento a los grandes públicos a través de la producción de emisiones televisivas que lograron desarrollar.
La televisión ha mostrado también ejemplos de lenguajes sencillos que logran acercar a las personas al entendimiento de los fenómenos que acontecen a nuestro alrededor. UN ejemplo se puede ver en la emisión estadounidense Beakman’s World, que se transmitió en la década de 1990 y fue protagonizada por Paul Zaloom.
Otro esfuerzo por brindar conocimiento a través de acciones amables y atractivas -como deben ser las acciones de marketing- se puede apreciar en la editorial mexicana Algarabía, que publica ediciones periódicas relacionadas con la divulgación de la ciencia, coloca archivos de audio en formato de podcast y edita libros que explican temáticas muy diversas con el rigor que merece un sector como este, pero con lenguajes amables.
Estos tres ejemplos permiten entender que los esfuerzos del marketing y sus técnicas se pueden acercar a la divulgación de la ciencia porque comparten el mismo espíritu e interés por elaborar productos y contenidos amables y poderosos que permiten captar mensajes significativos ya sea para el consumo o para el enriquecimiento personal y la adquisición de conocimiento.