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Se espera que la crisis de la COVID-19 se pueda extender un par de meses mas, incluso por un año en total
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Lo anterior significaría casi una total paralización de la economía en muchas industrias y mercados
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Por otro lado, esto ha puesto muy nerviosa a la población, temerosa de no poder hacer frente a sus deudas
ACTUALIZACIÓN: Se corrige un typo en el título
Jamás es buen momento para tener deudas atrasadas. Constantemente la gente debería de buscar formas de solucionar una situación financiera indeseable. De lo contrario, las marcas pueden tener que tomar la decisión entre desaparecer y darle el control de su futuro a alguien más. Y para los individuos, representa una difícil barrera para el desarrollo en el largo plazo.
Con la pandemia de COVID-19 asolando al mundo, las deudas se vuelven mucho más serias. Solo en Estados Unidos (EEUU), según The Guardian, ya hay 6.65 millones de desempleados a raíz de la pandemia, que no tienen trabajo y mucho menos capacidad de pago. ¿Tenías dinero que compensar y te alcanzó la crisis sanitaria? YoTePresto.com ofrece algunos consejos útiles:
Revisar las deudas pendientes
El primer paso es tener bien en mente la naturaleza de los créditos que hace falta cubrir. No solo ayuda mucho a encontrar una solución tener un panorama claro de cuánto y a quién aún se le debe dinero. También permitirá gestionar un plan de pagos para ir solventando todas las obligaciones con el tiempo. O si se llega a dar el caso, saber cómo responder a estos agentes.
Así pues, también es crucial saber a la perfección los términos de las deudas. Por ejemplo, la tasa de interés y el plazo de vencimiento. También es importante contemplar las posibles amonestaciones que están en el contrato, para saber qué se puede poner en riesgo. Y por supuesto, saber si existen facilidades de pago creadas a raíz de la pandemia por la COVID-19.
Consolidar en un solo agente
No es recomendable tener las deudas con diferentes personas o empresas al mismo tiempo. En primera instancia, será mucho más difícil cubrir todos los compromisos sin quedarle mal a alguna de estas compañías o individuos. Además, con diferentes plazos de vencimiento y tasas de interés en juego, la gestión de estos préstamos podría volverse caótica muy rápido.
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Lo recomendable es transferir todas las deudas en un solo agente. De preferencia, algún banco o empresa que otorgue mejores condiciones de pago, plazos más flexibles o una tasa aún menor. De esta forma, la gestión de los préstamos será mucho más sencilla. Y al mismo tiempo, todos los avances que se hagan en saldar la cuenta serán positivos sin sacrificar nada.
Dejar de adquirir más deudas
Si ya estás en una crisis financiera, ahórrate problemas y deja de pedir créditos o préstamos. Mucha gente, cuando logra reestructurar sus compromisos financieros, tiende a continuar con su vida como si ya no los tuviera. Lo cierto es que ésta es la peor estrategia posible. Lo que menos se necesita en plena crisis por COVID-19, es tener aún más preocupaciones a futuro.
Además, hay que recordar que las deudas tienden a agravarse mucho más en situaciones de emergencia o con imprevistos. Ya con la COVID-19 hay mucha gente que ha perdido su trabajo o ido a parar a un hospital. Estos gastos, con el peso añadido de un crédito que no se puede pagar, fácilmente puede provocar la ruina a corto plazo de casi cualquier persona.
Evitar los gastos innecesarios
De nuevo, se espera que la crisis de la COVID-19 sea particularmente dura para las personas y las compañías. Lo más importante es reducir en la medida de lo posible cualquier compra que no sea indispensable. De esta forma no solo será más fácil tener que contraer nuevas deudas en el caso que la situación sanitaria se vuelva más grave y no haya forma de evitarlo.
Además, en el mejor de los casos, permitirá que sobren ingresos adicionales que se pueden usar para cubrir poco a poco las deudas pendientes. De esta forma, sería posible no solo salir de la pandemia sobreviviendo, sino incluso con un mejor estado financiero que al principio. Solo se trata de tener un poco de disciplina en el manejo de los recursos y del patrimonio.