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De 2000 a 2013, las ventas per cápita de estos productos aumentaron un 26,7 en 13 países.
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México se encuentra en tercer puesto de los países que consumen más alimentos ultraprocesados.
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En la Región, casi el 60 por ciento de los habitantes, unos 360 millones de personas, vive con sobrepeso.
Hoy día vivimos en un mundo donde las personas quieren estar más conscientes de saber de donde proviene lo que consumen a diario, es por ese motivo que muchas marcas se han concentrado en brindarle a los consumidores productos más naturales y sustentables. Un nuevo estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzhéimer de 2022 en San Diego, reveló que si los alimentos ultraprocesados representan más del 20 por ciento de ingesta calórica diaria de una persona, podrías estar en camino a padecer deterioro cognitivo.
Con la pandemia del Covid-19 las personas han cambiado su forma de vivir, por lo que se incluye todo lo que consumen o compran de una marca. En ese sentido, datos de un estudio desarrollado por el Sistema Integrado en Red de Prospección Análisis y Divulgación de Pautas de Consumo (SIRPAC), ha comprobado que un 87 por ciento de los consumidores cada vez consideran más importante el conocimiento de los alimentos, tanto su procedencia, como su modo de producción, y otros aspectos culturales.
De acuerdo con el estudio Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: ventas, fuentes, perfiles de nutrientes e implicaciones normativas , elaborado y presentado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se encuentra solo por debajo de Chile en las ventas de productos con alto contenido calórico y bajo contenido nutricional.
Ante eso vale la pena mencionar que los alimentos ultraprocesados se refiere a los productos comestibles que son preparados de manera industrial a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. No tienen ningún alimento completo, sino largas listas de ingredientes como la hidrogenación o fritura de los aceites, la hidrólisis de las proteínas o la refinación y extrusión de harinas o cereales.
Deterioro cognitivo y los alimentos ultraprocesados
El estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzhéimer de 2022 en San Diego, Estados Unidos, detalló que los alimentos ultraprocesados no solo pueden aumentar nuestro riesgo de obesidad, problemas cardíacos y circulatorios, diabetes y cáncer, sino que tienen un gran vínculo con el deterioro cognitivo.
De acuerdo al estudio realizado gracias a un seguimiento de más de diez mil brasileños durante 10 años, indica que este deterioro cognitivo puede incluir las áreas del cerebro implicadas en el funcionamiento ejecutivo, es decir, la capacidad de procesar información y tomar decisiones.
Asimismo, explica que los hombres y mujeres que comían la mayor cantidad de alimentos ultraprocesados “presentaban una tasa de deterioro cognitivo global a un 28 por ciento más rápida y una tasa de deterioro de la función ejecutiva un 25 por ciento más rápida en comparación con las personas que comían la menor cantidad de alimentos excesivamente procesados”.
El estudio científico contó desde el principio y al final con pruebas cognitivas, que incluían “el recuerdo inmediato y diferido de palabras, el reconocimiento de palabras y la fluidez verbal, y se preguntó a los participantes sobre su dieta”.
Por su parte, la coautora de estudio, la doctora Claudia Suemoto, profesora adjunta de la división de geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, explicó que “en Brasil, los alimentos ultraprocesados representan entre el 25 por ciento y el 30 por ciento de la ingesta total de calorías. Tenemos McDonald’s, Burger King y comemos mucho chocolate y pan blanco. No es muy diferente, por desgracia, de muchos otros países occidentales”.
“El 58 por ciento de las calorías que consumen los ciudadanos estadounidenses, el 56,8 por ciento de las calorías que consumen los británicos y el 48 por ciento de las calorías que consumen los canadienses proceden de alimentos ultraprocesados”, dijo Suemoto.
Por su parte, Natalia Gonçalves, coautora del estudio e investigadora del departamento de patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, refirió que “las personas que consumían más del veinte por ciento de las calorías diarias procedentes de alimentos procesados presentaban un declive del 28 por ciento más rápido en la cognición global y un 25 por ciento más rápido en el funcionamiento ejecutivo en comparación con las personas que comían menos del veinte por ciento”.
En ese sentido, estar al tanto de las propiedades nutricionales, estacionalidad y conservación de lo que se ingiere es lo que se conoce como “consumo responsable”, hábito que tiene una consecuencia directa en la salud y genera un menor impacto ambiental en el mundo.
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