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En México, solo el 17 por ciento de la población está convencida que la educación superior en línea será la predominante en el futuro post-COVID
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Sin embargo, seis de cada 10 creen que sí tiene un potencial real como un complemento educativo para los formatos presenciales a largo plazo
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Dicha cifra es una de las más altas en todo el mundo, tan solo superada por Chile, lo que refleja el efecto transformador del aprendizaje online
La situación general de la COVID-19 en México parece irse agravando, en especial en ciertas zonas urbanas densamente pobladas. En la capital del país, así como varios estados al norte de la República, las autoridades han visto un súbito repunte en casos y la tasa de ocupación hospitalaria. Ante ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP) rechazó el regreso a clases al inicio del ciclo escolar 2021. Es decir, la educación online seguirá siendo la reina un poco más.
Es una situación que se ha visto en otras naciones del mundo, lo que ha llevado a muchas instituciones y autoridades a evaluar la viabilidad de la educación en línea en el largo plazo. Y en algunos casos, parece que los formatos remotos sí podrían convertirse en los dominantes dentro de una realidad post-pandemia. En cifras de Statista, en naciones como Arabia Saudita cerca de la mitad del público cree que este modelo será el más utilizado en las universidades.
Si bien es el único país donde más encuestados creen que el aprendizaje en línea será la que domine la educación superior post-COVID, en otras naciones la idea es más o menos popular. En Italia, Brasil, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos (EEUU) una cuarta parte del público cree que el futuro universitario es en línea. En países latinoamericanos, incluido México, es una posibilidad lejana. Pero sí se le considera arrolladoramente como un formato complementario.
Educación superior: ¿La “droga de entrada” para el aprendizaje online en México?
Ya varios agentes en el país han mencionado por qué transitar a un modelo de enseñanza que se enfoque en digital no sería una buena idea para el país. De acuerdo con La Jornada, hay una brecha digital multifacética que hace complejo el aprendizaje entre los más jóvenes. Solo el acceso al internet, herramientas tecnológicas y habilidades en línea no está asegurado en muchas comunidades. En este contexto, hasta una división entre off y online parece inviable.
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Pero la educación superior podría serla primer pieza en un cambio mucho más profundo en México. Cierto, como retrata Forbes, hay un sinfín de problemas en las universidades donde queda claro que hay una profunda brecha digital entre diferentes segmentos de la población. Pero al contrario de lo que sucede en los primeros niveles de enseñanza, los retos parecen partir principalmente de tener una infraestructura insuficiente o de una falta de capacitación.
En otras palabras, hay más herramientas disponibles para una educación en línea más o menos aceptable. Solo es necesario desarrollar estrategias y mejorar la infraestructura para que los alumnos universitarios puedan tener una experiencia satisfactoria. Con el paso del tiempo, estas experiencias podrían irse aplicando poco a poco a niveles más básicos de la enseñanza. Y, con un poco de tiempo, cambiar el panorama educativo dentro de México.
Lecciones del entorno corporativo
Podría haber ya en marcha dentro de México un ejemplo de cómo la educación superior sí puede tener un efecto transformador hacia niveles de enseñanza más básicos. Desde hace meses que la capacitación laboral se ha ido alineando hacia las herramientas digitales. Es cierto que el contexto es notablemente distinto, pues frecuentemente los profesionistas o sus compañías proveen la infraestructura. Pero su conveniencia no ha pasado desapercibida.
De hecho, en una encuesta reciente de Udemy señala que muchos profesionales no creen que la educación que recibieron en sus universidades les ha ayudado en su desarrollo labora. Por el contrario, parecería que los cursos en línea y su entrenamiento post-aprendizaje superior han sido mucho más valiosos. En este sentido, podría verse en el corto y mediano plazo una adopción de las herramientas y estrategias de estas plataformas en instituciones académicas.