La década de 2010 no ha sido buena para el negocio cervecero en la Argentina. El consumo per cápita bajó a cerca de 40 litros por año y la esperanza de alcanzar a otros países se fue alejando. Brasil y Colombia, por ejemplo, consumen alrededor de 65 litros per cápita. México, 58.
Sin embargo, la tendencia parece haberse revertido desde finales de 2017, a partir del surgimiento de cervecerías artesanales y de un mayor consumo por parte de las mujeres.
“Tras cinco años de estancamiento, el consumo de cerveza volvió a aumentar en el país en 2017. Actualmente se sitúa en 40 litros anuales per cápita, casi el doble del consumo de vino (22 litros al año por habitante)”, publicó El Cronista.
De acuerdo con Pablo Querol, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Cervecería Quilmes, del grupo AB inBev, parte de las razones hay que buscarlas en “el aumento del precio del vino, bebida sustituta de la cerveza; un mayor consumo por parte del público femenino; y el impulso que brindan las cervecerías artesanales”, según le dijo al mismo medio argentino.
El 2016 había sido un año malo para el sector. El estancamiento económico, el clima más frío de lo habitual (algo clave para despertar el consumo) y el surgimiento de nuevos competidores (tragos, aperitivos y destilados) hicieron bajar los números de las compañías.
Tanto fue así, que Quilmes (líder del mercado) tuvo que empezar a apelar al bajo precio para vender: lanzó la campaña Pacto Porrón, por la que se comprometía a congelar el valor de la botella de 330 cm3 retornable durante un año y medio.
Más allá de la coyuntura, dentro del segmento de bebidas alcohólicas, las cervezas prevalecen con el 60 por ciento del total. El resto son vinos (25%), aperitivos y vermuts (12%) y espirituosas (whisky, gin y ron), con un 3%.
Las estrategias de las grandes cerveceras han sido muy distintas: mientras uno de los grupos (AB InBev) apuesta por los envases retornables, su rival (CCU) juega fuerte en los packaging descartables (latas).
A CCU no le está yendo mal, ya que el peso de las latas en el mercado argentino pasó del 3% en 2015, al 7% 2016”. Las latas, a diferencia de otros mercados cercanos (como Chile, por ejemplo) nunca tuvieron un share importante en Argentina.