Dicen los que saben que cualquier caída mayor al 5 por ciento en la bolsa de valores es considerada grave. Pues bien, el mercado bursátil de China comenzó el año con una caída del 7 por ciento, lo que ocasionó la suspensión de todas las actividades de compra-venta de acciones para limitar la volatilidad.
Los mercados resintieron la publicación de indicadores del país asiático que apuntan a la debilidad de su economía. Por ejemplo, el índice que mide la actividad manufacturera -uno de los puntos fuertes de China- establece que toda puntuación por debajo de 50 indica una contracción, y en cambio cifras por arriba de 50 indican crecimiento. El lunes la actividad en las fábricas chinas registraron 48.2 puntos, con lo cual lleva cinco meses de caídas consecutivas.
Cualquier tipo de noticia de esta naturaleza en un mercado de mil 357 millones de habitantes, repercute en la salud del resto de los implicados en el tablero financiero como las economías de los países o las empresas. La economía mexicana respondió con una pérdida de valor del peso ante el dólar (17.41 pesos por dólar, de acuerdo con Reuters) y la Bolsa Mexicana de Valores cayó un 0.81 por ciento.
Pero quizás las empresas son las que se han visto más sensibles a este tipo de sismos financieros, ya que las marcas de tecnología, moda, comida y automotrices tienen una gran dependencia del mercado chino. De manera que las también llamadas FANGS (Facebook, Amazon, Netflix y Google) estuvieron entre las grandes perdedoras de la jornada del lunes. Facebook perdió un 3.25 por ciento, Alphabet, matriz de Google, cayó un 3.14 por ciento, Apple un 2.4 por ciento, Microsoft un 2.09 por ciento, General Electric cayó un 2.41 por ciento Walmart un 1 por ciento, y McDonald’s un 1.3 por ciento, de acuerdo con datos de la agencia EFE.
Mención aparte merece Netflix, que durante la jornada del lunes se ha desplomado un 6.97 por ciento pese a que durante 2015 fue líder en la bolsa con ganancias cercanas al 130 por ciento.