Este años por las medidas de confinamiento, 3 millones de mexicanos quedarán desempleados. Esta fueron los resultados de cálculos realizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El pronóstico dictado por la organización mundial considera la pérdida de empleos tanto en el sector formal como informal, lo que de manera conducir a la pobreza a miles de familias más y causar una inestabilidad social en el país.
Toda la población de Sonora
De cumplirse la estimación, esta cifra marcaría un nuevo récord. Sería el mayor número de desempleados en la historia de México, misma que equivaldría a la población total del estado de Sonora o bien al conjunto de Nayarit, Campeche y Colima.
De manera puntal, el informe detalla que el último récord de pérdida de empleos en el país se registró hacia 210 cuando se contabilizaron 2.6 millones de desempleados mexicanos a consecuencia de la recesión económica de 5.3 por ciento, resultado de la crisis hipotecaria en Estados Unidos durante 2009.
En este sentido, es justo mencionar que para este año se calcula que la producción nacional podría desplomarse un 6.6 por ciento, con lo que se ubicaría como la peor contracción desde la Gran Depresión en Estados Unidos hace nueve décadas.
El rol de las marcas
Para las marcas, este escenario presenta un desafío especialmente complejo. En principio, la cadena de generación de valor se romperá: sin empleos, no hay ingresos y el consumo se limitará.
Las exigencias en el mercado vendrán por partida doble. Las empresas serán exigidas como empleadores y desde aquellos beneficios o facilidades que puedan entregar a sus consumidores para hacer que sus productos sean accesibles.
Estas exigencias se leen desde ya. Desde Edelman apuntan que el 90 por ciento de los consumidores espera que las marcas trabajen para proteger el bienestar y la seguridad económica de sus empleados y proveedores hasta que termine la pandemia.
No obstante casi en la misma proporción (89 por ciento), las personas esperan que las empresas adapten su producción para ayudar a los consumidores a afrontar los desafíos actuales, en donde la exigencia se concentra en la oferta de productos gratuitos o a menor precio a las entidades de salud, los grupos de alto riego y a aquello que su empleo se haga visto afectado.
Asimetría, posible salida
Ante el escenario no cabe duda que las marcas deberán de modificar sus modelos de negocio y estrategias de mercadotecnia en donde el pensamiento y ejecución con base en principios asimétricos podría marca la diferencia.
Es decir, se trata de modificar las dinámicas de competencia en el mercado a través de acciones que se modifican rápidamente a través del mecanismo prueba y error, mismas que suponen riesgos limitados con retornos exponenciales de la inversión. Bajo esta premisa es posible encontrar nuevos caminos hacia la innovación en un mercado que parece no existir, pero que la marca es capaz de crear bajo un entendimiento profundo y más sofisticado de las necesidades del consumidor.
A finales de 2018, cuando se acercaba el cambio de gobierno en el país, el escenario de incertidumbre se apodero del país, en donde el desempleo fue una de las primeras preocupaciones del consumidor.
En aquel momento KIA lanzó un seguro contra el desempleo al indicar que las personas no han querido comprar un automóvil nuevo a crédito por temor a perder su trabajo en los siguientes meses.
Jorge Ramírez, gerente nacional de KIA Finance, indicaba en aquel momento El Financiero que este producto daría nueve meses a quienes compren un auto de la compañía con la finalidad de que, si se quedan sin trabajo, tengan el tiempo de buscar uno nuevo sin que el crédito automotriz signifique una presión.
Este es un buen ejemplo de los que ahora las marcas estarán obligadas a buscar. No bastará con simplemente entregar precios bajos, salvar al negocio demandará encontrar nuevas formas de generar valor en todos los sentidos y para todos los involucrados en la cadena.