Hace poco más de año y medio (23 de mayo de 2014), Martin Winterkorn, por aquel entonces presidente de la empresa alemana, recibió entre los papeles que integraban su “maletín de fin de semana”, documentos escritos por Bernd Gottweis, un alto ejecutivo del grupo, donde se hablaba de la instalación del tristemente célebre software en sus modelos diésel, con la intención de trucar las emisiones de gases tóxicos para venderlo según las especificaciones del mercado estadounidense.
Gottweis se especializa en ‘apagar fuegos’ relacionados directa o indirectamente con la marca alrededor del mundo, había escrito “No se puede ofrecer una explicación fundada sobre el dramático aumento de las emisiones NOx (óxido de nitrógeno). Es de suponer que las autoridades someterán el sistema de VW a una investigación para determinar si Volkswagen ha instalado un software en sus motores”, según las informaciones publicadas por el diario alemán Bild am Sonntag.
Una situación que lleva a pensar que Winterkorn, para aquel entonces el ejecutivo mejor pagado y más poderoso de Alemania, conocía la componenda y las posibles consecuencias de esta situación si ésta se llagaba a conocer.
Winterkorn se vio obligado posteriormente a renunciar, tras hacerse publica la situación y ante el escándalo mundial que esto produjo, además de señalar el mismo 20 de septiembre de 2015, en un comunicado, que había engañado a la agencia de Estados Unidos encargada de proteger el medio ambiente (EPA) con la instalación intencionada de un programa informático que evitaba mostrar los límites de emisiones en algunos modelos diésel.
Pero además, se señaló que se investigarían los orígenes de lo sucedido con una profunda investigación al tiempo que se disculpaba con un “Personalmente, lamento profundamente haber decepcionado a nuestros clientes y a la opinión pública”, además de añadir, “Los sucesos tienen para la junta ejecutiva de VW y para mí, personalmente, una prioridad absoluta.”
“Estoy consternado por lo que ha sucedido en los últimos días, pero por eso encima de todo eso, estoy perplejo al constatar que errores de esa magnitud hayan sido posibles dentro del grupo VW”, “No he cometido ninguna acción incorrecta” señalaba Winterkorn al renunciar a su cargo.
Una posición que queda en entredicho después de las revelaciones de la publicación alemana, pues Winterkorn habría estado al tanto de esta situación desde mayo de 2014.
Mientras tanto, el llamado de atención de Gottweis no fue tomado en cuenta por los altos ejecutivos del grupo, incluido Winterkorn, quien habría intentado maniobras para evitar que se destapase como el que se enviase un correo electrónico al jefe de la marca en EE UU, Michael Horn, en el que se mencionan las posibles consecuencias económicas derivadas de un escándalo y se propone la recompra de los vehículos afectados en ese país para luego ser llevados a otros mercados, según los datos del Bild am Sonntag.
Según el diario, si se confirma que los altos ejecutivos conocían el engaño, esto podría arruinar al grupo, por haber cometido un engaño intencionado. Aunque por ahora, las consecuencias de este escándalo parecen no haber sido tan graves como muchos consumidores hubiesen esperado.