“Tres es la cantidad de lados de un triángulo, también es la cantidad perfecta de personas para hacer que una idea funcione”. Anónimo

¿Alguna vez has pensado en el importante triángulo formado por el candidato, la empresa-cliente y el reclutador? Pues bien, ¡hoy es el día para explorar este tema! En este mundo de la búsqueda de empleo, existen estos tres lados entrelazados entre sí. 

En primer lugar, el candidato es la clave para esta historia. El candidato se enfrenta a un proceso de selección complicado. Esta persona debe preparar un currículum, entrevistas y entregar documentos. Se puede decir que el candidato es una especie de actor que interpreta un papel y que quiere convencer al reclutador de que él o ella es la persona idónea para el puesto. 

En segundo lugar, la empresa-cliente es la piedra angular del proceso. Ésta es la entidad que financia y administra el proceso de reclutamiento y selección, identifica y facilita los requisitos de empleo para el candidato. Al mismo tiempo, también es responsable de proporcionar, a través del reclutador, la información necesaria al candidato, sobre el puesto. 

Finalmente, el reclutador completa el triángulo. Esta persona generalmente es un profesional de la contratación que se encarga de reclutar y seleccionar al candidato adecuado para el puesto. El reclutador debe realizar una evaluación exhaustiva de los candidatos para determinar si cumplen los requisitos deseados por la empresa-cliente. 

Aunque estas tres partes tienden a tener intereses diferentes, todas deben trabajar juntas para lograr su objetivo común. El objetivo final por parte del reclutador es encontrar al candidato adecuado para el puesto y satisfacer tanto las necesidades de la empresa–cliente como las de los candidatos. 

Principios, aptitudes, actitudes y valores

En una relación referida al reclutamiento y selección de ejecutivos, a las tres partes les corresponde tomar en cuenta y desplegar principios, aptitudes, actitudes y valores transcendentales para que la relación al final sea “todos ganan”.

Principios:

    A. El reclutador no es un tomador de pedidos, por contra es un experto en identificar y satisfacer necesidades tanto para la empresa-cliente  como para el candidato.

   B. El reclutador pone al servicio de la empresa-cliente  y del candidato su experiencia, estableciendo un claro proceso de reclutamiento y selección en cuanto a tiempo y forma.

   C. El reclutador presenta adecuada información de los postulantes de tal manera que la empresa-cliente  pueda llevar a cabo una comparación de los candidatos presentados en referencia al perfil solicitado.

   D. El reclutador, ha de considerar que su elemento cardinal son los candidatos y que conviene a ambas partes una relación cimentada en confianza, transparencia y respeto durante y después del proceso.

   E. El reclutador se enfoca en su orientación profesional y en su tarea en la empresa-cliente, así como en el candidato, en una relación en la que, para las tres partes, entran en juego tres tipologías muy importantes las cuales son: 

Las aptitudes: “Pocas cosas son tan importantes como poner a las personas adecuadas en los lugares adecuados.” John C. Maxwell

Las actitudes: “Tu actitud no tu aptitud es la que determinará tu altitud.”

Zig Ziglar

Los valores: “Tus valores fundamentales personales definen quién eres, y los valores fundamentales de una empresa definen en última instancia el carácter y la marca de esta”. Tony Hsieh

    F. La empresa-cliente  es la columna vertebral de este proceso en cuanto a la importancia de clarificar sus necesidades a través de las herramientas básicas para el buen trabajo del reclutador y estas son: la descripción del puesto, el perfil del candidato, la compensación ofrecida, y muy importante la información referente a la cultura y el estilo de liderazgo que prevalece en ella, incluyendo elementos tan importantes como la misión, visión, propósitos y valores, así como también todos aquellos aspectos referidos a sus productos, servicios, a su competencia, salud financiera y posición de mercado.

    G. La empresa-cliente debe remunerar el trabajo profesional del reclutador conforme a las prácticas de mercado y a la calidad del servicio que espera recibir.

    H. La empresa-cliente a través de su representante que generalmente es del área de recursos humanos debe mantener una comunicación permanente y respetuosa con el reclutador y en su momento con los candidatos.

   I. La empresa-cliente deberá cumplir con los acuerdos establecidos tanto con el reclutador como con el candidato.

   J. El candidato deberá proporcionar información confiable la cual refleje auténticamente su preparación, experiencia y conocimientos en las áreas requeridas.

En conclusión, el importante triángulo formado por el candidato, empresa-cliente y el reclutador demuestra que, aunque cada parte tenga intereses diferentes, trabajando juntos pueden conseguir resultados sorprendentes. Así que la próxima vez que pienses en el proceso de selección de ejecutivos, recuerda el importante triángulo para lograr resultados óptimos, y parafraseando a Kristaps Porzingis debemos estar atentos en que: “Para que el triángulo funcione realmente, todos deben estar en la misma página y saber cómo jugarlo”.

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