En México cada ciudadano aportará 110 pesos a la bolsa destinada para las elecciones presidenciales de 2018, ubicándose como una de las más caras a nivel mundial, según mostró el estudio de “El costo de la democracia en México”.
Se estima que el valor de un voto potencial en México será de aproximadamente 7.6 dólares, considerando el presupuesto asignado a campañas y el padrón electoral; en las pasadas elecciones, el costo real fue de 61.52 dólares haciendo el ajuste por la cantidad de personas que salió a votar.
Brasil cuenta con el padrón electoral más grande de la democracia latinoamericana, con más de 150 millones de brasileños; aun así, el costo por voto es 28 por ciento más bajo que en México. Mientras que Estados Unidos es considerada la democracia más cara, el costo por voto también es inferior que en México a pesar de contar con más del 45 por ciento de abstencionismo.
Para Carlos Herrero, presidente de la agencia Extrategia, Comunicación y Medios, señala que uno de los principales problemas es la información, ya que la ciudadanía no pide que se informe para qué es ese dinero, ni cómo se usa.
“Los partidos (políticos) en México son esenciales para la democracia ¿pero en qué gastan el dinero que les otorga el INE? El gran problema es que ese gasto se destina en gran manera a publicidad de muy mala calidad”, indicó el ejecutivo en entrevista con Merca 2.0.
Herrero agrega que pese a que la creatividad mexicana es una de las más reconocidas a nivel mundial, la publicidad política en México se muestra realmente “deplorable”.
Para la planeación de una campaña política, de algún mensaje a la población o la promoción de un programa de asistencia gubernamental es importante entender tres cosas: el mensaje que queremos transmitir, la idea de cómo hacerlo y por supuesto, el dinero que se requiere para su producción.
Sin embargo, la incorrecta adaptación de ideas y conceptos, generan resultados que se salen de control al momento de la difusión del producto final. En algunos casos fomenta las críticas contra el candidato o funcionario y en otros genera un inusual aumento en popularidad.
Durante la campaña electoral de 2015, algunos candidatos fueron fuertemente criticados por algunos recursos utilizados. José Antonio Tarek Abdalá, aspirante a una diputación federal por el distrito 17 de Cosamaloapan, Veracruz, tomo el jingle de la canción “Happy” de Pharrell Williams para su promocional de campaña.
Para el presidente de Extrategia, hay un tema delicado en la presentación de contenidos publicitarios de mala calidad y esa es la complicidad de los medios y generadores de contenido a la corrupción de los propios partidos políticos.
“La realidad es que son cómplices las empresas que hacen mal las cosas. Desde el punto de vista profesional, faltando a la calidad, a la creatividad, a la comunicación veraz, y por otra parte, aquellas empresas que aceptan grandes sumas de de dinero de los partidos sin fiscalizarlos”, indicó.
Desde la reforma electoral de 2007, los partidos ya no pueden gastar en spots y los obtienen de manera gratuita con los tiempos sin costo que por ley deben ceder los medios de comunicación.
Según el estudio “El costo de la democracia”, si se contara la cantidad equivalente en tiempo aire en Radio y TV por la que ya no pagarán los partidos, se podría calcular un financiamiento directo de 10 mil millones de pesos.
El Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó solicitar a la Cámara de Diputados un presupuesto de 25 mil millones de pesos, de los cuales 6 mil 700 millones serán para los partidos y 18 mil 200 millones para los gastos operativos del organismo.
Esta cantidad representa el presupuesto más alto de la historia en México, se gastará más de un millón de pesos por hora durante las próximas campañas federales.
Mientras que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el partido que recibirá más fondos públicos: mil 689 millones de pesos. Cada ciudadano mexicano aportará 110 pesos a la bolsa destinada para las actividades que realizarán en 2018 los institutos políticos.