Un juez de Nueva York aceptó una demanda contra Walmart Inc, Target Corp y Bed Bath & Beyond Inc por haber vendido productos que estaban falsamente etiquetados como “algodón egipcio 100%” o “algodón egipcio 100% largo”.
La decisión del lunes del magistrado Vincent Briccetti aborda los reclamos en defensa de consumidores de todo el país que pagaron en exceso por el algodón mal etiquetado producido por una empresa textil india: Welspun India Ltd.
El algodón egipcio es más costoso debido a su alto prestigio, y porque sus largas fibras producen tejidos más finos, más livianos, más suaves y más duraderos.
El juez aceptó la demanda y habla “accionar negligente de los minoristas” y de la “unidad de Welspun en los Estados Unidos”.
Al mismo tiempo, desestimó el reclamo por fraude contra los retailers por considerar que no había “una fuerte intención fraudulenta”.
Según la queja, los minoristas vendieron las sábanas de algodón supuestamente de origen “egipcio” hasta mediados de 2016. Target y Bed Bath & Beyond lo supieron durante varios meses.
Sobre Walmart, dice que ya sabía desde 2008 que el algodón estaba mal etiquetado.
El algodón se vendió bajo diferentes marcas Fieldcrest, Royal Velvet, Better Homes and Gardens, Canopy, Crowning Touch y Perfect Touch, según el documento de la corte al que tuvo acceso Reuters.
Target rompió sus lazos con Welspun en agosto de 2016, y Walmart y Bed Bath & Beyond dejaron de vender las sábanas de “algodón egipcio” ese mismo año.
Anaqueles racistas
No es la primera que vez que el mayor minorista del mundo se ve envuelto en una demanda relacionada con los productos. En 2018, una mujer de California demandó a Walmart por supuesta discriminación racial.
En ese caso, era porque en un punto de venta local la firma fundada por Tom Walton mantenía los productos de cuidado personal “dirigidos a afroamericanos” resguardados en un anaquel bajo llave. Los consumidores que deseaban adquirirlos, necesitaban solicitar ayuda y autorización de los empleados.
La explicación de la empresa en ese momento fue que se trataba de “una política para otorgar seguridad adicional a ciertos productos que previene de la sede corporativa de la empresa”.
La reputación de la marca se puso en juego, como ahora, con el tema de las sábanas que prometen ser una cosa que no son.