Para nadie es un secreto que Twitter es uno de los canales de comunicación más importante para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El uso de esta red social por parte del mandatario ha sido criticada en más de una ocasión, a grado tal que un grupo de personas interpuso una demanda contra el presidente luego de que éste los bloqueará en la ya mencionada plataforma de interacción.
La organización sin fines de lucro Knight First Amendment Institute de Columbia University en conjunto con un grupo de usuarios de Twitter demandaron a Trump argumentando que dicha red social es un foro público que el hecho de ser bloqueados por el presidente representa una violación de los derechos constitucionales, debido a que “rechazar” a estos usuarios por sus puntos de vista impide que otros ciudadanos puedan participar en debates públicos democráticos.
La demanda terminó en un juicio celebrado este mes en Manhattan, en donde el abogado de Donald Trump, Michael H. Bauer, argumentó que Twitter es una especie de convención en donde se elige con quien interactuar, por lo que bloquear a un usuario no se le está impidiendo que interactúe con otras personas en dicha plataforma.
La contra parte argumenta que como Trump utiliza la plataforma en su capacidad oficial, sus actos en la red social son una acción de gobierno, con lo que la acción de bloquear usuarios se transforma en una acción de Estado que viola la Primera Enmienda.
En resolución, la juez de distrito Naomi Reice Buchwad rechazó los argumentos al tiempo que solicitó a ambas partes que llegaran a un acuerdo.
Aún cuando la demanda no trascendió, la realidad es que este caso deja en claro la relevancia que Trump ha dado a su perfil de Twitter como instrumento de gobierno, hecho que aunque ha encontrado puntos favorables, ahora parece presentar nuevas desafíos.
En este sentido vale la pena mencionar que, de acuerdo con el sitio Trump Twitter Archive, durante los último doce meses Trump envió un total de 2 mil 600 mensajes públicos mediante la red social, lo que se traduce en un promedio de 7 tweets diarios, con lo que si dicho presidente dejara de utilizar su perfil, Twitter perdería alrededor de 2 mil millones de dólares, lo que provocaría una descenso en el precio de las acciones; por lo que se trataría de una sexta parte del valor comercial de la red social, misma que está estimada en 11 mil 900 millones de dólares, según estimaciones de Monness Crespi Hardt & Co.