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Moschino es una de las marcas de moda que mejor ha aprovechado la colaboración con las marcas, lanzando productos usando sus imágenes.
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El mercado de moda es uno de los más completos que existen en el mercado, debido al abanico de estrategias comerciales que implementan las marcas de este sector.
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Hay un interés muy claro en las marcas por generar estrategias comerciales, que impacten en la decisión de compra de los consumidores, sin embargo, desatinadas acciones complican estos esfuerzos.
Moschino se ha referido a clientes afroamericanos de su marca como “Serena”, en alusión a la tenista Serena Williams.
El caso ha sido dado a conocer en sitios como Complex, en los que se advierte que la marca fue demandada en Estados Unidos, tras darse a conocer que usan la palabra clave “Serena” para referirse a consumidores afroamericanos cuando estos se encuentran al interior de tiendas de la marca.
Lo anterior se dio a conocer por una denuncia que una exempleada de la firma italiana interpuso, acusando de discriminación a la compañía, no solo por el trato que ella recibió, sino por la manera en que se expresaban de los consumidores.
Con esta palabra, Shamael Lataillade, quien es la persona que interpuso la denuncia, asegura que en Moschino se refieren a consumidores afroamericanos que no tienen una apariencia de personas ricas, por lo que eran cuidados sigilosamente e incluso a algunos de ellos les eran registrados los números de sus placas vehiculares.
El caso ha sido tan lamentable, que incluso sorprendió saber detalles como que el supervisor de la tienda se refirió a ella en diversas ocasiones como alguien que practicaba voodoo, por el aspecto físico que tenía, debido a su ascendencia haitiana-americana.
El mercado de moda es uno de los más costosos por los productos de gran valor que las marcas de lujo comercializan, sin embargo, vender parece no interesarles sobre todo cuando comportamientos racistas o discriminatorios se hacen presentes en los puntos de venta de estas marcas.
Las malas prácticas que llevan a cabo los vendedores en estos espacios se han convertido en crisis de las que recordamos casos como el de Oprah Winfrey al ser tratada de manera discriminatoria por una tienda de Hermès, mientras que Gabouey Sidibe, la protagonista de Precious, denunció el trato racista que recibió por parte de una tienda de Chanel.
En ambos casos el común negativo es el código de marca mal aprendido por los embajadores de marca que trabajan en estas tiendas y que no entienden que eso es lo que representan, a una marca.