Por Alan Campos
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Una de las grandes promesas que Jorge Vergara hizo a la afición del Guadalajara cuando adquirió al equipo hace poco más de una década fue la de limpiar de patrocinadores la playera de juego, pues consideraba absurda la cantidad de marcas que aparecían dentro de la misma.
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Aunque en un principio el empresario logró cumplir su promesa, con el paso de los años poco a poco los logotipos han ido reapareciendo dentro del jersey chiva; sin embargo, dicho fenómeno no es exclusivo del conjunto tapatío, sino que más bien se trata de una tendencia global que demuestra la cada vez mayor importancia de los sponsors dentro del futbol, o al menos el ‘patrocinismo’ que sufren muchos equipos a nivel global.
Evidentemente ningún aficionado del mundo duerme soñando con que Coca-Cola, Bimbo, Emirates Airlines o cualquier otra marca comercial haga su aparición en el pecho (o cualquier otra parte) de su equipo para la próxima temporada, pero poco a poco los millones de dólares que estas firmas están dispuestas a pagar por lucir su nombre en algún espacio han hecho que los diferentes clubes pongan el interés de los aficionados de lado.
Si bien es cierto que los aficionados mexicanos estamos acostumbrados desde hace bastante tiempo a que los uniformes de los equipos de nuestra liga se parezcan al de cualquier piloto de la Nascar, poco a poco esta moda está siendo aceptada y adoptada por más y más equipos en Europa, y no únicamente por aquellos de ‘medio pelo’, sino por verdaderos gigantes del deporte.
Aún recuerdo cuando a principios de 2006 los aficionados del Barcelona se mostraban indignados por la posible aparición del logotipo de la UNICEF dentro de su playera de juego, luego de más de un siglo de haber permanecido ‘limpia’. Lo mismo sucedió cuando en 2011 Qatar Foundation comenzó a pagar por el mismo derecho; sin embargo, ya no recuerdo nada cuando Qatar Airways hizo su aparición, mucho menos cuando Intel y Beko se sumaron para ‘ensuciar’ aún más la playera blaugrana.
De tal modo, cada vez es más común ver equipos con dos, tres y hasta cuatro marcas dentro de su playera, situación que hace una década era casi inconcebible dentro del futbol europeo, pero que cada vez se hace más común.
No cabe duda que el dicho “poderoso caballero es Don dinero” es por demás acertado, sobre todo en un mercado donde un jugador puede alcanzar un costo superior a los 100 millones de dólares. Por el momento sólo resta esperar y ver hasta donde llega este ‘patrocinismo’ del cual ha caído víctima el futbol mundial.