En 2015, según datos de Strategy Analytics a nivel mundial se vendieron 44 millones de teléfonos básicos, es decir teléfonos que no tienen conexión a internet ni muchas de las prestaciones que ofrecen hoy en día los smartphones. 44 millones que representaban para ese momento, un 2% del mercado mundial de telefonía móvil.
Puede que la gran mayoría considere que a mediano plazo desaparecerán los dispositivos que no están conectados a internet, pero el reciente relanzamiento del Nokia 3310 en Barcelona durante el MWC o propuestas anteriores como el Light Phone, que pesa 38 gramos, y solo permite llamar, mirar la hora y usarlo como linterna, ponen de manifiesto que muchos usuarios aun se decantan por opciones comunicacionales más sencillas.
Incluso existe un término para quienes no se dejan llevar por la tendencia tecnológica en smartphones y que se denominan ‘insumisos telefónicos’, pues no tienen interés en estar tan (hiper) conectados, como la gran mayoría de los usuarios a nivel mundial. Y que pueden ser a mediano y largo plazo, una de las razones por las que, por ahora, aun no desaparezcan estos terminales, que además cuentan con la ventaja de su bajo coste, con respecto a la gran mayoría de smartphones del mercado.
De hecho, según datos de la empresa tecnológica Ericsson, aun son muchos cientos de millones los usuarios que por diversas razones, utilizaran este tipo de aparatos no conectados a internet, hasta 2021, fecha de sus más recientes estimaciones.