Internacional. El día de hoy la Procuraduría General de la República declaró que a pesar de que las confesiones brindadas por los detenidos -y supuestos responsables del secuestro de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa– apuntan a que los jóvenes están muertos, el gobierno mantendrá la investigación abierta por falta de pruebas contundentes. Esta acción, sumada a un mal manejo de palabras y una actitud desinteresada por parte del procurador Jesús Murillo Karam, intensificó la crisis de marca del gobierno mexicano, misma que se encuentra en este momento en niveles internacionales.
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A más de un mes de los hechos violentos en los que -de forma oficial- 3 estudiantes fueron asesinados y 43 más ‘desaparecieron’ en una acción que implica órdenes del exalcalde de Iguala (el ahora detenido José Luis Abarca), elementos de la policía local y presuntos miembros del crimen organizado, el gobierno mexicano aún no ha podido dar explicación -ni mucho menos solución- a la delicada situación que relaciona a las autoridades de nuestro país con el concepto de impunidad y sumerge a la sociedad en la más profunda indignación.
A 33 días de errores cometidos por parte de las autoridades -mismos que generaron que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre pidiera licencia al cargo– la presión por parte de los familiares y colegas de los normalistas, sumada a la comunidad internacional a través de marchas masivas, impacta de forma directa a las figuras del procurador Murillo Karam y el presidente de México Enrique Peña Nieto, quienes no han tenido la capacidad de minimizar la intensidad de los reclamos ante la penosa situación.
El grave error de Murillo
En plena sesión de preguntas y respuestas con la prensa, el procurador de la República lanzó una frase que no sólo demostró su postura ante el caso Ayotzinapa, sino que además detonó una nueva indignación por parte de la ciudadanía:
#YaMeCansé se convirtió en trending topic en la red social Twitter, en donde -en cuestión de minutos- generó más de 16 mil menciones de usuarios hartos de declaraciones confusas e incompletas sobre cadáveres sin rostro, sin nombre y sin justicia a su alrededor. 
El día de hoy, hace falta escuchar el mensaje a la nación del presidente de México Enrique Peña Nieto, mismo que estará cargado por la oscuridad provocada por la falta de información. Un luto que, por desgracia, se ha vuelto la imagen de nuestro país -en términos de marca- ante el resto del mundo.
