Durante 2018 México vive dos momentos atípicos de su vida diaria, por una parte está el Mundial de Rusia 2018, el cual podría interferir con las elecciones que se llevarán a cabo en el país en el que se disputa la presidencia de México. Debido al calendario, los deportes y la política podrían entreverse en más de una ocasión.
En primer instancia, el domingo 20 de mayo se llevará a cabo la final de vuelta del futbol en México, al tiempo que se realizará el segundo debate entre los candidatos a la presidencia del país; el primero se llevará a cabo durante este domingo entrante, por lo que los organismos reguladores se reunieron con la finalidad de lograr acuerdos sobre los horarios de transmisión.
El Instituto Nacional Electoral (INE) y la Federación Mexicana de Futbol indicaron, de común acuerdo, que el duelo por el título del torneo Clausura 2018 se juegue a las 18 horas del domingo 20 de mayo, al tiempo que el segundo debate, a desarrollarse en Tijuana, se realice a las 20 horas tiempo de la Ciudad de México.
Incluso, en caso de que la selección mexicana logre su pase a los octavos de final de la Copa del Mundo de la FIFA, esto podría representar un contratiempo para la jornada electoral, ya que el duelo y los comicios coincidirían en el día de realización.
Este fenómeno no se daría por primera vez, cabe recordar que durante la etapa de campaña, previo a las elecciones de 2012, justo en el momento en que un debate se llevaba a cabo, se jugó un partido entre Morelia y Tigres; a pesar de que en su momento, este acto causará polémica, los datos fueron contunentes.
A principios de mayo del 2012, se llevó a cabo el primer debate presidencial, mismo que contó con una audiencia del 23.5 por ciento en rating, según datos de IBOPE, al tiempo que el partido, transmitido por TV Azteca generó un rating de 13.5 por ciento.
En aquellos días, el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, indicó mediante un mensaje difundido a través de su blog personal, que apenas el 15 por ciento del público estaba interesado en dar seguimiento al debate, mientras que el 54 por ciento aseguró que no le llama la atención en lo más mínimo.
Por lo que, para evitar este tipo de contratiempos y divisiones, ambas instituciones prefirieron no influir el uno con el otro y que los dos eventos puedan ser seguidos por los espectadores sin problema alguno.