Mis años de experiencia en este campo me han llevado a visualizar los eventos como un ser vivo, con su diversidad de rasgos, elementos, emociones y escenarios.
No debemos caer en generalizaciones ya que todos son únicos, tienen su propia personalidad, su propio ritmo y un temperamento particular que los distingue.
Idealmente, los organizadores de eventos quisiéramos que dejaran de existir los problemas y los errores aunque sabemos que, a menudo, son situaciones que se presentan de manera accidental. Afortunadamente tenemos la capacidad intelectual y creativa de encontrar soluciones y de comprender que son factores humanos que si bien pueden ser dolorosos y costosos, también constituyen una fuente empírica de aprendizaje. Para crear mejores eventos, tenemos que considerar a los obstáculos como una gran oportunidad para crecer y mejorar, para trabajar en equipo con una buena comunicación y una óptima actitud de compartir nuestras fortalezas y áreas de especialidad. Podemos equiparar esta idea al efecto positivo que genera la competencia, ya que ésta nos desafía y eleva nuestros límites de exigencia hasta lograr que nuestros eventos, marcas, productos y servicios sean vistos, estén bien diferenciados y por ende, sobresalgan.
También sería ideal tener “eventos verdes” o completamente sustentables, pero la realidad es que, si bien la tecnología nos ayuda a dar pasos agigantados en esta dirección, aún necesitamos del apoyo de ciertos productos como de papel, por lo menos en nuestro país, en donde la cultura del reciclaje es incipiente; es la ciudad más habitada del mundo y apenas se están haciendo intentos de separar la basura orgánica e inorgánica y todos sabemos que falta mucho por hacer. Sin embargo, pienso que los organizadores de eventos tenemos la responsabilidad de encontrar la manera de usar cada vez una menor cantidad de papel y ser menos dependientes de los materiales impresos. Hoy en día el registro puede y debe ser digital.
La tecnología no deja de sorprendernos. No solamente nos ayuda a ser cada vez más ecológicos sino que ahora contamos con la posibilidad del video streaming y las redes sociales para hacer llegar nuestros mensajes a mayores audiencias. La era digital nos permite traspasar paredes y llevar nuestro evento mucho más allá del recinto, a diferencia de lo que sucedía en décadas anteriores cuando sólo podíamos hablar al público cautivo y la comunicación de boca en boca era un proceso lento. La evolución es una constante en la historia y es la esencia del ser humano, por lo que estoy seguro que seguiremos viendo muchos avances.
Lo que me parece maravilloso es que desde hace 10 años existe ya una corriente mundial de lograr tener cada vez menos desperdicios de comida. Ojalá lo logremos a corto plazo porque sería un tema que tendría un impacto social muy grande.
Resultaría conveniente que tanto agencias como clientes pensemos a conciencia en los giveaways o regalos promocionales. Mejoraríamos la calidad de los eventos si obsequiáramos algo creativo con un contenido de valor en lugar de objetos de poca utilidad que porten solamente la marca impresa.
Sin duda, éste es sólo el principio. Veremos y viviremos muchos más cambios que favorecerán el manejo de la información y la preservación del medio ambiente. Todo cambio genera ajustes y por eso, los organizadores de eventos tenemos la obligación de estar al día, de seguir innovando, de adaptarnos al hoy y de prescindir de algunas acciones que formaban parte de nuestras agendas. Debemos de realizar bien nuestro trabajo y reconocer que todavía hay mucho por hacer para que los eventos sean mejores tanto para las marcas y los asistentes como para la sociedad.