El fracaso es parte de cualquier negocio, pero lo interesante es la manera en la que cada empresa lee estos desafortunados momentos. Para empresas como Netflix, Lego o Starbucks, las caídas se han convertido en una oportunidad para reinventarse y posicionarse como líderes.
Convertirse en una marca que logre prevalecer en el mercado es cada vez más complicado si consideramos las reglas cambiantes del juego y la creciente competencia en todos los terrenos.
Para muestra, basta con revisar lo que sucede en el mercado mexicano, territorio, en el que el emprendimiento tiene especial relevancia.
Un estudio de Global Entrepeneurship Monitor reveló que el 49 por ciento de los mexicanos consideran el emprendimiento como una opción deseable en su carrera. No obstante, es cierto que en el mercado mexicano los sueños de emprendimiento tienen una esperanza de vida muy corta. Estimaciones del Instituto del Fracaso indica que 75 por ciento de las pequeñas y medianas empresas cierran antes de los dos años de vida.
5 marcas que pasaron del fracaso al triunfo
Aunque esto podría parecer la cara negativa del entorno empresarial, lo cierto es que existen algunas grandes compañías que en medio del fracaso han encontrado el éxito.
Para demostrarlo, enumeramos cinco casos de marcas que llevaron a la práctica la frase de Thomas Alba Edison “No he fracasado. He encontrado 10.000 soluciones que no funcionan”:
Marvel y Iron Man
Entre 1993 y 1996, las acciones del estudio de superhéroes cayó 90 por ciento. La compañía estaba en quiebra y parecía que a los populares personajes de sus comics les esperaba un negro futuro.
Marvel se mantuvo entregando licencia de los derechos cinematográficos de sus personajes más conocidos, con lo que Spider-Man paso a manos de Sony y franquicias como X-Men y los Cuatro Fantásticos quedaron en el control de 20th Century Fox durante años. iron Man quedó en manos de New Line.
Para salir del bache, Marvel necesitaba producir sus propias películas y la única manera que encontró para hacerlo fue recibir un prestamos por 525 millones de dólares de Merrill Lynch. La garantía fue entregar los derechso de diez de sus personajes más importantes entre los que se contaban Ant-Man, Black Panther, Doctor Strange, Capitán America y The Avengers. Poco después del trato, Marvel recuperó los derechos de Iron Man y decidió convertirlo en el protagonista de su primera película, la cual obtuvo el éxito esperado demostrando que Marvel era capaz de crear películas rentables.
Lección: El manejo de los activos de la marca así como la apuesta correcta fue lo que salvó a la firma de un descalabro seguro. La firma tomó un riesgo grande; sin embargo, gracias la estrategia correcta consiguió salir a flote de un problema que puso en juego su vigencia.
Starbucks: el cliente es primero
La compañía fue una de las tantas afectadas de la crisis financiera de 2008. Las aciones de la empresa colapsaron cuando registraron una caída de 42 por ciento a finales de 2007.
El gran salvavidas para Starbucks fue Howard Schultz quien implementó una estrategia que desde cualquier ángulo ponía al consumidor al centro.
El ex-directivo de Starbucks se centró en atender las sugerencias de sus clientes para mejorar las tiendas, entrenar a sus colaboradores para mejorar el servicio así como enfocar su comunicación en redes sociales para privilegiar la construcción de un diálogo en dos vías.
Lección: Escuchar de manera correcta al consumidor tiene muchas ventajas. No sólo se trata de captar la retroalimentación, sino de transformarla en innovación que nutra la propuesta de la marca para crear un diferenciador claro en el mercado.
Netflix y la confianza de las audiencias
Durante 2001, Netflix atravesó uno de sus episodios más obscuros. La plataforma perdió cerca de 800 mil clientes y sus acciones se desplomaron un 80 por ciento, según cifras entregadas por Entrepreneur. ¿La razón? Una repentina subida de precios que generó desconfianza entre sus suscriptores.
El descontento de los usuarios fue bien leído por Reed Hastings, fundador de la compañía, quien aplicó una estrategia correctiva entregando mayores beneficios y valores agregados a su oferta. Gracias eso, ahora el servicio es líder en la categoría de streaming.
Lección: Si no escuchas y cuidas a tus clientes, fracasarás. La escucha continua del consumidor no sólo permite innovar, sino también rectificar al momento para retener al público actual y conquistar a los clientes cautivos.
Cuando Lego perdió su identidad
A principios de 2001, la mayor apuesta de Lego era innovar. La intención de la marca por destacar en el mercado lo llevó a experimentar con nuevas líneas de juguetes que les permitieran, en teoría, llegar a nuevos públicos y posicionar a la firma como pionera en más de un segmento.
No obstante, esta apuesta habría salido muy cara. En lugar de registrar ganancias para la firma, la empresa comenzó a perder.
En su afán por innovar la compañía habría perdido su identidad, lo que se tradujo en falta de interés entre los consumidores que eran fieles a la marca.
La estrategia para atravesar el mal momento se centró en reclutar diseñadores que fueran verdaderos fanáticos del producto para entregar nuevamente valor a su esencia de marca.
Lección: La innovación es vital para cualquier negocio; no obstante, esta perderá cualquier valor si se pierde de vista la estrategia. Proponer nuevas ofertas al mercado será un acierto siempre que estas respondan a la esencia más pura de la marca, de lo contrario, se corre el riesgo de perder la identidad, activo que es especialmente valioso para cualquier firma comercial.
IBM, renovarse para no morir
Durante 1992, IBM habría ganado uno de los peores récords en toda la historia hasta aquel momento; la empresa se había convertido en la compañía estadounidense que más dinero había perdido hasta la fecha: 5 mil millones de dólares.
Recuperarse fue una estrategia que se apalancó de renovar el principal activo para cualquier marca: su identidad corporativa. La firma despidió a alrededor de 100 mil personas, renovó la cultura empresarial y lo comunicó a través de una nueva estrategia de mercadotecnia.
Lección: Detenerse y tomar un respiro para identificar aquello que no funciona es vital. Renovarse ante los cambios del mercado a veces puede ser un proceso doloroso; sin embargo, es necesario para mantener vigencia, sobre todo cuando en juego está la identidad y cultura de una empresa, un producto intangible por el que el consumidor también está dispuesto a pagar.