Para nadie es un secreto que aplicaciones como WhatsApp se ha convertido en una pieza crucial en el día a día de todos los consumidores.
La razón no es otra mesa que la accesibilidad y comodidad de comunicación que ofrece; sin embargo, como sucede con todas las plataformas de comunicación digital, las posibilidades de que estos servicios puedan ser utilizados con fines delictivos es alta.
De Margarita Zavala a Olga Sánchez Cordero
Esto ha quedado claro con una reciente serie de hackeos sufridos por un grupo de integrantes de la política mexicana, mismas que desde redes sociales como Twitter han alterado que sus cuentas de WhatsApp han sufrido un atentado, con lo que se han utilizado para, entre otras cosas, solicitar dinero a sus contactos.
Durante la mañana de este lunes, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, informó desde su cuenta de Twitter que una cuenta falsa de WhatsApp habría estado enviando mensajes a su nombre con diferentes fines entre los que destacan la solicitud de depósitos en efectivo a ciertas cuentas.
“Me informan que desde una cuenta falsa de Whatsapp se están enviando mensajes a mi nombre, con diferentes fines, como pedir dinero”, destacó la funcionaria al tiempo que afirmó que procederá legalmente y harán las denuncias correspondientes para que el caso sea investigado y sancionado.
Lo cierto es que Sánchez Cordero no ha sido la única en padecer este problema en horas recientes.
Durante la mañana de ayer, Margarita Zavala, diputada electa y esposa del expresidente Felipe Calderón, denunció mediante su cuenta de Twitter que su cuenta de WhatsApp habría sido hackeada, luego de que algunos de sus contactos le notificaran sobre estos hechos.
“Me han avisado que están enviando mensajes de mi número Whatsapp. Es totalmente falso. Yo estoy bien, pero me hackearon mi cuenta completamente”, escribo Zavala.
De igual forma, ClaudiaAnaya, senadora priísta, afirmó que su cuenta de la reconocida app de mensajería instantánea habría sido hackeada para solicitar depósitos de dinero.
Un problema que se agrava
En medio de la contingencia sanitaria, el uso de este tipo de plataformas y servicios se mantuvo especialmente a la alza.
A la par de este fenómeno la realidad es que con la pandemia, el fraude mediante la red ha crecido de manara importante para hacer aún más evidente un problema del que se padecía desde hace tiempo atrás.
La incidencia del phishing ha ido aumentando casi al mismo ritmo que el número de usuarios de internet. De acuerdo con Phishing Box, el 70 por ciento de las brechas de datos que se han relacionado a estados y naciones han involucrado esta técnica. Según Retruster, este tipo de estafas han costado solo a Estados Unidos (EEUU) más de 12 mil millones de dólares (mdd). Y en datos de Hashed Out, el 76 por ciento de las empresas han sido objetivo de estos ataques.
En medio de la emergencia sanitaria, muchos delincuentes online han lanzado promociones o iniciativas que firmadas supuesta mente por grandes empresas prometen entregar interesantes beneficios al consumidor; sin embargo, sólo se trata de un acto que busca robar su información personal.
Un problema para todos
Así mientras los usuarios pierden sus datos y posiblemente sus ingresos a causa de este problema, las marcas involucradas que son suplantadas pueden ver vulnerada su reputación.
El mal uso de sus credenciales, logo y demás activos de imagen involucran a las firmas en una experiencia evidente desagradable para el consumidor, lo que de manera inmediata se traduce en problemas que sin ser responsables, las empresas están obligadas a atender.
El problema no es menor y está fuertemente ligado con el negocio de las empresas. Recordemos que, de acuerdo con datos publicados por Statista, la opinión de las personas sobre la compañía es el principal factor (94 por ciento) que aporta o afecta la reputación de una compañía, incluso por encima de los reconocimientos obtenidos (88 por ciento) o la publicidad (86 por ciento), situación que toma otras dimensiones si consideramos que el 70 por ciento de las personas asegura que al tomar sus decisiones de compra, la reputación de la empresa que respalda a una es un aspecto fundamental que, incluso, ostenta un mayor valor que las características del producto mismo.