La conexión global en materia de comunicación electrónica hace que hoy en día sea vista como algo normal, la transferencia de datos personales de los millones de usuarios a terceros, sin embargo, se está convirtiendo en un tema de atención para los Estados y para las regulaciones legales, a nivel mundial.
En esta semana, tuve el enorme placer de platicar con el Jurista Italiano Roberto Cippitani, catedrático de la Universitá degli Studi di Perugia, y especialista en derecho privado, y me comentaba que en la Unión Europea (U.E), se están planteando más allá de las regulaciones que existen en materia de protección y transferencia de datos personales a terceros, como la Directiva 2016/680 y el Reglamento 2016/679, que se pueda crear un mercado de datos internacional, y que éste, sea regulado por el derecho internacional, para que todos los países firmantes, estén de acuerdo en las normas y leyes trasnacionales para regular este tema.
Se busca alinear a los gigantes de la tecnología, que hoy disponen de los datos personales de los usuarios, a su mejor parecer.
Recientemente, los ministros de finanzas de Alemania e Inglaterra se opusieron a que los datos personales de sus ciudadanos usuarios de Facebook y Twitter se transfieran a otros países sin ningún control. “No queremos que nuestros datos personales sean entregados a gigantes digitales sin ningún control”.
Las voces de investigadores y académicos en la Unión Europea, como el doctor en derecho e investigador español, Joaquín Sarrión Esteve- respaldan la creación de un mercado de datos global que pondrá el interés colectivo por encima del individual, y de la mano de la transparencia, lograr que no se comercialicen y se transfieran de manera indebida, los datos personales de los ciudadanos.
Para Sarrión Esteve, debe buscarse la ponderación entre los derechos vinculados a la privacidad y el progreso, y los de la investigación científica.
Grandes corporaciones del ciber-espacio como Facebook, Twitter, no están acostumbrados a que se les impongan reglas y es un hecho, que, a la fecha, no obedecen a las leyes, ni de derecho interno de los países, ni el derecho internacional en materia de protección y transferencia de datos personales de los usuarios. Se debe garantizar el tema de la transparencia para los ciudadanos.
La idea es pasar de un modelo tradicional de consentimiento del individuo que constantemente está siendo burlado, a un modelo (en construcción) de principios generales y garantías.
El derecho mexicano afirma Roberto Cippitani, es visto como base para el intercambio de datos personales con la Unión Europea, y tomar en cuenta además la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto de este tema.
Personalmente, creo que, no sólo hablando de identidad digital, sino de protección de datos sensibles, es urgente que autoridades e investigadores se pongan a dictaminar las nuevas reglas del juego en el mundo digital. Mientras lo hacen, los empresarios más poderosos de la tecnología siguen ganando en esta minería de datos mundial.