Internacional.- EmpezĆ³ su carrera como una figura de Disney, una que, curiosamente, mantenĆa su verdadera identidad oculta para que la fama no le destruyera la vida personal. Esas eran las bases de Hannah Montana, una chica que vivĆa como estrella pero tambiĆ©n como persona normal. Hannah y Miley (que en la serie se apellidaba Stewart) eran una dualidad, siendo Hannah un escudo.
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Al querer desafanarse de la imagen infantil de estrella de Disney Channel, Miley Cyrus dejĆ³ a Hannah Montana de lado a pesar de que durante todo el tiempo que durĆ³ el programa, fue consistente con la marca que se habĆa creado alrededor de Miley Stewart/Hannah Montana, sus cuatro temporadas y sus mĆŗltiples cds. Y la imagen de su marca era muy clara: una chica de familia, sencilla, pudorosa. Tan pudorosa que rechazĆ³ tajantemente la exposiciĆ³n pĆŗblica de una fotografĆa de Annie Leibovitz en donde aparecĆa con la espalda descubierta por completo, sugiriendo āsolo sugiriendo- desnudez mientras se tapaba con una manta. Esa era la marca que en aquĆ©l entonces se vendĆa.
Para poder dejar atrĆ”s la imagen de esa Miley, se tuvo que recurrir a un cambio radical. Su nuevo video de la canciĆ³n āWe Canāt Stopā en conjunto con su presentaciĆ³n en los VMAs al lado de Robin Thicke, tuvieron al social media saltando durante semanas. No se hablaba de otra cosa mĆ”s que de Miley Cyrus. Ni siquiera el reencuentro de N*sync generĆ³ tanto impacto como su atuendo de lĆ”tex y sus sugerentes āo explĆcitos, mĆ”s bien- movimientos. Y no solo las redes sociales tuvieron algo que decir, tambiĆ©n los medios de comunicaciĆ³n, casi todos ellos. De repente Miley Cyrus estaba en boca de todos, incluso de los que no habĆan visto en vivo la entrega de premios. Miley logrĆ³ deshacerse de la figura de Hannah Montana.
SegĆŗn Forbes, desde esa actuaciĆ³n, Miley ha vendido mĆ”s de 90,000 copias digitales de su disco Wrecking Ball, consiguiĆ³ 226,273 fans nuevos en Facebook y 213,104 followers nuevos en Twitter. Perfectamente consciente de lo que hacĆa y cĆ³mo lo hacĆa, Miley continuĆ³ en la misma lĆnea sin hacer caso de los comentarios de sus detractores, porque al fin y al cabo, ellos tambiĆ©n le estaban dando publicidad y dio el siguiente paso: Terry Richardson.
El fotĆ³grafo dirigiĆ³ el tambiĆ©n ultra comentado video Wrecking Ball, y es el par perfecto para su personal branding. Terry Richardson es muy conocido en el mundo de la moda, y no precisamente en una buena manera. Lo han acusado de machista y sensacionalista. Su marca personal en sus fotografĆas se desenvuelve alrededor del sexo, pero eso no lo ha alejado de la alta costura.
Y es precisamente ahĆ donde Miley estĆ” ahora. De pasar del dominio pĆŗblico en todos los medios de comunicaciĆ³n, comienza a cotizarse mĆ”s alto apareciendo en las portadas de las revistas de moda mĆ”s famosas y mĆ”s reconocidas, bajo el lente de fotĆ³grafos importantes en la industria. Mario Testino la fotografĆa con un look copiado de Madonna para la Vogue alemana, David Sims la convierte en una fiera punk para LOVE, Mert & Marcus la ponen casi irreconocible en la portada de W y recientemente fue rostro de la campaƱa de Marc Jacobs.
Pero el paso de la locura a la alta costura no fue un quiebre como el de Hannah Montana. En todas estas editoriales y campaƱas, Miley sigue siendo retratada como un ente altamente sensual y sexual, rebelde y audaz, dispuesta a todo. Nos guste o no lo que hace, estĆ” manteniendo una coherencia en todo su proceso, y se ha convertido en una marca que atrae y que vende. Si les da curiosidad, recurran a google a buscar la fotografĆa de Annie Leibovitz.