Desde su irrupción en el mundo de la mercadotecnia y la publicidad, las plataformas digitales ocuparon una posición privilegiada en las estrategias de marcas y anunciantes de cualquier categorĆa.
La posibilidad de llegar a un gran número de personas sin limitantes geogrÔficas o de tiempo fueron algunas de las primeras ventajas reconocidas por los estrategas, las cuales se vieron aderezadas por costos menores a lo que implica mantener la imagen de una empresa en medios convencionales o tradicionales.
Estos beneficios se mantienen como motores que, hasta ahora, impulsan el crecimiento de las inversiones destinadas al canal digital, espacio que ahora parece no ser una opción, sino una necesidad para conectar con consumidores cada vez mÔs alineados a estos espacios de interacción.