El 11 de octubre fue establecido, desde 2011, como el Día Internacional de la Niña como una de las acciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para erradicar el matrimonio infantil.

El matrimonio y las uniones tempranas de las niñas constituyen una violación a sus derechos humanos y son consideradas por la ONU como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas. Estas prácticas impactan en su desarrollo futuro y el de sus familias, además de incrementar la discriminación y el riesgo de violencia contra ellas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) del 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, hay 6.8 millones de mujeres entre los 15 y 54 años que se unieron conyugalmente antes de los 18 años.

La tendencia de las uniones tempranas ha variado poco en los últimos 30 años: entre las mujeres de 50 a 54 años 25.3 por ciento se unieron antes de los 18 años, mientras que en el grupo de edad de 20 a 24 años este porcentaje es de 21.4 por ciento.

El matrimonio y las uniones tempranas tienen múltiples consecuencias como la deserción escolar, el embarazo prematuro, la mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y, en general, la limitación a las oportunidades de vida de las niñas y adolescentes.

En la actualidad, la armonización de los códigos civiles y familiares para prohibir categóricamente el matrimonio infantil en el país sigue siendo un desafío. El Código Civil Federal establece los 14 años como la edad mínima de las niñas para contraer matrimonio y 16 para los niños.

La Representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz Luque, señaló este miércoles ante medios de comunicación que, si bien el principio de igualdad y no discriminación está previsto en  la Constitución, aún  quedan muchos obstáculos que superar para alcanzar la igualdad sustantiva.

“La paridad política debe ser vista como un logro, con plena conciencia de que significa un reto  especial para los ayuntamientos en sus dos dimensiones: la paridad vertical y horizontal”, finalizó.

Con referencia a los códigos civiles y familiares de las entidades federativas, cinco estados del México (Baja California, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro y Sonora) todavía aceptan excepciones a la prohibición del matrimonio infantil y un estado -Chihuahua- establece una edad menor a los 18 años para casarse legalmente.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, aprobados recientemente en la ONU, establecen en su meta 5.3 la erradicación de prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la unión temprana para niñas y adolescentes.

Por su parte, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas hizo en 2015 la siguiente recomendación al Estado mexicano: “A la luz de la observación general N°18 (2014) adoptada de manera conjunta con el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, el Comité recomienda al estado parte que asegure la efectiva implementación del artículo 45 de la Ley General de los Derechos Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), asegurando que la edad mínima para contraer matrimonio por parte de niñas y niños sea establecida en 18 años en las leyes de todos los estados. El Estado parte debe también implementar programas integrales de sensibilización sobre las consecuencias negativas del matrimonio infantil en niñas, teniendo como población objetivo a los familiares, maestros y líderes indígenas”.

La ONU en México lanzó en 2015 la campaña “De la A (Aguascalientes) a la Z (Zacatecas), México sin unión temprana y matrimonio de las niñas en la ley y en la práctica”, convocando a sumar esfuerzos de los gobiernos estatales, municipales y federal, junto a las organizaciones civiles, la academia y otros aliados para poner fin a las uniones tempranas y matrimonios de las niñas.