“El mito del carisma” es el título de un libro en el que la periodista Olivia Fox, describe los hallazgos que la ciencia y la tecnología han llevado a cabo en relación con el aprendizaje de esa cualidad tan escasa y tan ansiada a la vez; el carisma.
La definición que para el término de carisma recoge la RAE nos deja dos acepciones. Por un lado se nos dice que el carisma es la “Especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar”. Después, en una segunda acepción, nos encontramos con que el carisma es un “Don gratuito que dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad”.
Dos acepciones que siguen alimentando la eterna duda y el eterno debate que gira siempre entorno al carisma ¿Es el carisma una capacidad, y como tal, se puede cultivar, desarrollar y aprender? O, por el contrario, ¿es el carisma un don con el que se nace, con la consiguiente imposibilidad de cultivarlo, aprenderlo y desarrollarlo?
Olivia Fox revela en el mencionado libro que, pese a lo que muchos piensan, el carisma es algo que se puede aprender y que, por lo tanto, debemos desmitificar el hecho de creer que sólo los que nacen con este “Don”, pueden llegar a ser verdaderos líderes carismáticos.
Para alguien que esté trabajando en su propia marca personal, es de vital importancia llegar a saber cómo puede mejorar su carisma. De hecho creo que muchas personas pagarían sin pensárselo si en algún curso les garantizasen que iban a salir siendo grandes líder carismático.
Pero con el carisma ocurre como con otras muchas cualidades que las Marcas Personales decimos deberían poseer: una buena marca personal debería llevar adherida ciertos valores. Además debe parecer y ser auténtica. También debe transmitir competitividad profesional y debe, por supuesto, ser creíble, admirada y respetada.
Todas estas cualidades que los expertos enumeran como imprescindibles para la construcción de una Marca Personal no son más que un resumen de lo que significa ser una persona carismática.
Siendo consecuente con el principio de que el carisma se puede aprender, Oliva Fox destaca algunas claves para poder ir mejorando nuestro carisma. Sólo me detendré en una, por considerarla la más importante y sustancial de todas; la periodista destaca el hecho de que las personas aprendamos a estar “presentes” en todas las interrelaciones que llevemos a cabo en nuestra vida.
Estar “presentes” significa vivir poniendo todos nuestros sentidos en todo aquello que hagamos. Esto adquiere mucho sentido desde el momento en que la mayoría de nosotros vivimos siempre medio ausentes y mantenemos nuestros pensamientos dispersos en varios asuntos a la vez.
Nuestra falta de “presencia” denota sin duda falta de autenticidad por nuestra parte. No estar “presente” lleva implícito una comunicación verbal y no verbal que las personas advierten sin necesidad de tener grandes conocimientos sobre el tema.
El no estar presentes conlleva una percepción por parte del otro de falta de interés real por nuestra parte. Es difícil que nadie pueda llegar a confiar de verdad en nosotros, si no logramos estar, como se suele decir, “presentes en cuerpo y alma”.
Afortunadamente hoy en día existen técnicas que nos pueden ayudar a desarrollar la destreza de estar “presente”; en la prestigiosa universidad de Harvard se están impartiendo clases de meditación y clases de espiritualidad a muchos estudiantes que serán futuros líderes. La intención es lograr que estos hombres y mujeres del mañana aprendan no solo a gestionar sus empresas y proyectos de forma consciente, sino que aprendan a vivir de una forma plena; revisando sus valores; modificando aquellos que no les sirven y adoptando otros que les pueden ayudar a ser mejores empresarios, mejores líderes y mejores personas.
A esto y a mucho más nos ayuda el estar “presentes”. Sólo estando presentes podemos llegar a autoconocernos. Y no nos olvidemos que en autoconocimiento está la clave del crecimiento, tanto personal, como profesional.
Ahora, si quieres comenzar a trabajar para ser una persona carismática, ya sabes por dónde debes empezar. No te ausentes de ti mismo. Atrévete a estar presente.