• De acuerdo con TechCrunch, Didi podría haber perdido mil 600 mdd a escala global durante 2018

• Owler apunta que la compañía de tecnología cuenta con más de cuatro mil 500 empleados en todo el mundo

• En cifras de Expanded Ramblings, la marca hace más de 500 millones de viajes diarios, con los de conducción autónoma

Hay varias barreras a las que se enfrentan las compañías de movilidad, en especial las de taxis compartidos. Por una parte, deben enfrentarse a la creciente presión de sus inversores para dejar de sangrar dinero y presentar números negros. Al mismo tiempo, deben sobrellevar las constantes quejas de sus socios conductores. Pero una de sus preocupaciones más grandes es ganarle la carrera a otras tecnológicas y automotrices por la conducción autónoma.

Si bien todavía es pequeño, el mercado de la conducción autónoma es uno de los más prometedores a futuro. De acuerdo con Markets and Markets, esta tecnología estaría valuada en 10 mil 573.3 millones de dólares para finales de 2025. A esta masiva industria, se le deben sumar otras eficiencias que sumarían las compañías de taxis compartidos. Principalmente, que podrían recortar masivamente los costos y gastos asociados a mantener a sus conductores.

Pero aún hay dos barreras a superar. La primera es el dominio del mercado. Todavía no se trata de una industria establecida. Así, la conducción autónoma literalmente será de quien pueda conquistarla primero. Pero el segundo reto, la aceptación de los usuarios, hace este último objetivo más complejo. Con menos de la mitad de la población dispuesta a utilizar estos servicios, según Here, las compañías se desviven en estrategias de lealtad y difusión.

Viajes con conducción autónoma, cortesía de Didi

En este contexto, sobresale la última iniciativa de Didi Chuxing. De acuerdo con Reuters, la empresa china quiere empezar a ofrecer viajes con robotaxis en Shanghái en cuestión de meses. La marca cuenta con alrededor de 30 modelos diferentes de conducción autónoma nivel 4, capaces de manejarse sin ningún tipo de supervisión humana en ciertos entornos, Si bien las unidades pueden operar sin supervisión, todas contarían con un conductor designado.

Más importante aún, los viajes de conducción autónoma que ofrezca la marca serían gratuitos. Con la app, los usuarios podrán decidir si quieren ser recogidos por una unidad convencional o por un robotaxi. La compañía compartió que espera que el servicio esté disponible también en Beijing y Shenzhen para 2020. Un año después, la tecnológica espera exportar el modelo fuera de China. No dijo qué países o metrópolis podrían beneficiarse primero del proyecto.

La vieja estrategia confiable de regalar producto

Didi no es la única que quiere capturar el mercado de la conducción autónoma tratando de encandilar a los usuarios. Tesla prometió a los dueños de sus autos que sus unidades se apreciarían con el paso del tiempo. Waymo empezó a instalar módems de Wi-Fi a algunos robotaxis para mejorar su atractivo. Toyota, que con una alianza con los Juegos Olímpicos le apuesta a la visibilidad del evento para mejorar su cuota de mercado, es otro caso notable.

Regalar servicios de robotaxis puede ser una gran estrategia para la industria de la conducción autónoma. En primer lugar, prácticamente todos los consumidores aceptan cualquier cosa de gratis. Esta pre-disposición podría lograr que más personas se animen a probar los servicios de la compañía, incluso si no las tienen todas consigo. El que haya un conductor en todo momento para supervisar el viaje puede reafirmar la sensación de confianza de los usuarios.

Por otro lado, puede ser difícil para Didi transitar de un modelo gratuito a uno de paga en el futuro. Una vez que la conducción autónoma sea algo común, la tecnológica no podrá seguir ofreciendo viajes libres en estas unidades. Si se ofrece una experiencia sin costo a los usuarios y luego se les empieza a cobrar, casi siempre causa molestia. Es crucial que la marca empiece a prever cómo lidiaría con este escenario, para poder manejar las expectativas desde ahora.