@morawar

Ya hace algunos años que el muro cayó y las condiciones económicas y políticas a nivel internacional han cambiado de manera significativa.

La geoeconomía y la globalización tienen el poder actualmente y es la tendencia mundial que se apodera del planeta. En algunos casos muy rápidamente y en otros, como en Cuba, de manera gradual, pero a paso seguro.

Si no se tenía la información completa del país y de sus habitantes, parecía ser el último espacio libre del capitalismo que, aún con rabiosos bloqueos económicos, seguía sobreviviendo gracias a su sistema y a sus esforzados ciudadanos.

Décadas atrás ¿quién se podría imaginar a McDonalds en China o Coca Cola en Moscú? Impensable que dos de las marcas pertenecientes al “imperio capitalista” pudieran ser consumidas por los habitantes de dos de los sitios del modelo comunista más representativo. Eso ya es historia. Y Cuba ya está formando parte de esta historia.

De acuerdo a El Nuevo Herald, periódico para lectores hispanos establecido en Miami, la publicidad, ese símbolo del capitalismo, estaba de regreso en Cuba desde el 2015.

Los negocios privados ya no son perseguidos y hay oportunidad de hacer publicidad, aunque sea para pequeños empresarios, pero se hace. Ya hay agencias en la Isla para satisfacer las necesidades de este tipo de negocios. O bien para una peluquería, un taller para reparar celulares o para anunciar un restaurante de comida cubana.

Pero ya con la apertura a visitantes o temas que antes no habían sucedido en Cuba, parece ser que la tendencia de que lleguen a tener presencia marcas internacionales en la isla es cada vez más fuerte.

Ya no es solo la visita oficial de Obama y su encuentro con Castro.

El fenómeno que causó el concierto de los Rolling Stones marca también una apertura cultural muy importante (hacia dentro y hacia fuera del país caribeño).

Aunque no ha sido la primera vez que una banda de rock llega a dar un concierto a Cuba (Audioslave, entre otros artistas), esta vez coincidió con otros eventos que han puesto el nombre de Cuba en las noticias a nivel internacional y que siguen dando paso al entierro de aquella guerra fría de finales de los cincuenta.

El rock no cubano y la Revolución se actualizan para dar paso a una apertura que muy pocos imaginaban.

El tema ahora es, si estos primeros intentos de apertura cultural, económica e ideológica llegarán a ser beneficiosos para los cubanos o volverán a convertir a la Isla en ese patio de recreo de la primera mitad del siglo XX para adinerados y gángsteres Norteamericanos.

El siguiente paso del gigante capitalista ya se está asomando, ahora vestido de uno de los deportes más famosos a nivel internacional. Ya se vislumbra que el Real Madrid o el Barcelona lleguen a jugar un partido amistoso a Cuba. Seguramente no cobrarán los millones que cobran en otros países, pero sí será seguro que las marcas que acompañan a los equipos entren a Cuba para empezar a tener la misma presencia que tienen en el resto del mundo.

Adidas, Emirates, Bwin, Audi, Microsoft, EA Sports, BBVA, Quatar Airways, Nike, beko, Gatorade, Panasonic y Toshiba entre otros, estarán llegando a los ojos vírgenes de cubanos que ya les está gustando el fútbol y pasarán de ser simplemente aficionados a ser aficionados consumidores.

Otro mercado más se abrirá para comprar las camisetas de los “jugadores/producto”.

Otro país más que se ubicará en la delgada línea entre la libertad de elección en la compra de un producto y el consumismo bárbaro. Ojalá que todo sea en beneficio del pueblo cubano, generando riqueza y puestos de trabajo para sus ciudadanos gracias a la libre competencia, donde ellos también puedan competir, y a la apertura de sus fronteras y que no quede solamente en manos de los que se quieran aprovechar de “un mercado más” en el planeta.

Resurgirá la publicidad entre sus cenizas en Cuba (100 mil cubanos trabajaban en publicidad antes de la revolución del 59). Esperemos que sirva para reactivar su economía.

Ya entonces, las marcas internacionales llegarán saludando como Jagger abrió su concierto: “Hola Habana, ¡buenas noches mi gente de Cuba!”