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De acuerdo con Comparitech, las principales víctimas de ciberataques son empresas pequeñas y medianas
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Específicamente, aquellas que no tienen bien desarrollada una estructura sólida tecnológica y practican el ecommerce
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Incluso hay casos de hackers que han insertado código malicioso en páginas oficiales de negocios legítimos
Resulta indudable que el ecommerce está viviendo un periodo de bonanza sin precedentes. No solo ha ayudado a pequeñas empresas a sobrevivir la pandemia. Varias marcas de gran calibre se están subiendo a la tendencia, más que duplicando los ingresos de marketplaces influyentes. A eso se debe sumar que está impulsando una revolución en varios negocios.
Al mismo tiempo, hay que reconocer que el ecommerce aún tiene una gran barrera: el tema de la ciberseguridad. De acuerdo con Finextra, muchos consumidores todavía no confían que las marcas puedan proteger sus datos financieros y personales. El Ecommerce Times dice que le cuesta al mercado millones cada año. Para Trade Ready, hay cuatro retos cruciales a enfrentar:
La desconfianza en la privacidad y seguridad del ecommerce
Tal vez este es el miedo más claro. Muchas personas temen que los sitios que venden en línea podrían ser vulnerables al robo de información o a alteraciones en sus páginas oficiales que beneficien a los hackers. Todos estos temores llevan a una crisis de confianza que motiva a la gente a alejarse, o ser excesivamente cautelosa, para adquirir algún servicio de ecommerce.
No hay solución más directa que establecer sistemas de autenticación y control de datos. Por ejemplo, usuarios, contraseñas y verificación de dos pasos (mediante apps o emails) ponen barreras adicionales para que hackers no roben las cuentas en ecommerce. El uso de estrictas medidas de uso de insights internos también evita que haya ataques que vengan de adentro.
Ataques directos y vulnerabilidad a virus y malware
Junto con el miedo a que agentes externos tomen control de sus cuentas, los usuarios pueden sentirse reticentes a usar el ecommerce por el temor a un ataque. Ya sea por culpa de un virus, de un hacker o algún otro malware o agente malicioso, la integridad tanto del sitio como de los consumidores se puede vulnerar. Y esto hace que varios prefieran alejarse lo más posible.
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En este sentido, las marcas que opten por usar el ecommerce como parte de su modelo de negocio tienen que invertir en infraestructura tecnológica de ciberseguridad. Software anti-virus, así como firewalls y encriptación potente de datos sensibles son necesarios para dar a la compañía y a los consumidores una línea de defensa. Y donde no hay que escatimar gastos.
Opciones de pago distintas para el ecommerce
Un elemento importante en las transacciones en línea es justamente el momento en que se realiza el cobro para recibir un producto o servicio. Si bien en ecommerce el método más común es la tarjeta de crédito o débito, no todos los usuarios tienen acceso a estos canales. En este sentido, se debe de ofrecer un catálogo mucho más amplio de alternativas de pago.
No solo eso, sino que el ecommerce debe asegurarse que esas opciones sean sólidas y que puedan asegurar a los usuarios que no habrá problemas en su transacción. Como ejemplo, que no se les va a rechazar su método de pago o se les cobrará doble por un solo servicio. También debe de haber políticas claras y útiles de atención al cliente en caso de imprevistos.
Estrategias contra el fraude, la complejidad y la incertidumbre
Por último, hay una diferencia clave entre el ecommerce y comprar en una tienda física. La gente puede entrar a un establecimiento brick and mortar, pagar y llevarse su producto en la mano en ese mismo momento. El comercio electrónico, en cambio, parece para muchos un proceso mucho más “escondido”. Y justo esa percepción es la que tiende a crear miedo.
Así pues, las empresas que usen el ecommerce deben desarrollar políticas para evitar toda desconfianza. Tiene que haber transparencia en los envíos (cuándo y cómo llegarán al cliente). También resulta indispensable que las personas tengan claro cómo la empresa los defenderá si no reciben un paquete. Y todo el proceso de compra tiene que ser lo más sencillo posible.