En la nueva campaña de Taco Bell donde hacen referencia clara a McDonalds, podemos ver como dos jóvenes se oponen a un modo de vida dominado por el pensamiento autoritario, que es ejercido por un gobierno de personas maquilladas como payasos y se imponen mediante un tipo único de desayuno. Esta es una estrategia que tomaron del libro de George Orwell, 1984. Pero es históricamente famosa por el comercial de Apple para el Superbowl del 84 que podemos ver a continuación:
En este caso, Apple se mostraba rebelde contra el monopolio de computadoras IBM. Más recientemente, el mismo concepto fue utilizado por Motorola para su Tablet Xoom, pero esta vez antagonizando contra la mismísima Apple.
Estas ideas generales demuestran el intento que realizan las marcas de cambiar las cuotas de poder en la mente de los consumidores. Sin embargo, no es lo único que ha aprendido la industria de la publicidad y el marketing del escritor británico. Su legado son ideas generales que hemos resumido en cuatro puntos:
- Todo es cuestión de confianza: Hay que generar confianza en el target. Lo más común es que sea con los años que se logre. Existen procesos ligeramente más expeditos como el uso información real para resaltar cualidades del producto (sucede mucho en alimentos y cosméticos) o la comparación con la competencia para beneficiarse de sus deficiencias.
- Mejor que los hechos, las historias: aunque la publicidad fundamentada en hechos reales es interesante. Los consumidores prefieren que sea respaldada por una narrativa emocional que cause impacto.
- Siempre sencillo: Si una palabra puede ser reemplazada por alguna más corta o sencilla con significado similar, debe hacerse. Lo que queda en el Top of Mind del consumidor usualmente es lo más sencillo y cotidiano.
- Intenta crear un “Newspeak”: El santo grial de los publicistas es poder generar un lenguaje particular que sea entendido (y hablado) por la mayor cantidad de personas. Es un proceso complicado que muchas veces requiere grandes montos de dinero y tiempo. Por ejemplo: marcas que ahora se usan para nombrar objetos genéricos (Kleenex, Post-it, Jacuzzi, Tupperware, entre otras) o marcas que redefinen productos cotidianos, hamburguesa con queso cambia a Big Mac en McDonalds y a Whopper en Burger King.