En las últimas semanas he escuchado todo tipo de comentarios, desde los que afirman que la IA es el fin de muchos empleos, que acabará con la creatividad, que el trabajo intelectual tiene los días contados, hasta que gente que la ve como una verdadera ayuda para impulsar su propio trabajo.
Si a estas alturas quedan dudas, La Inteligencia Artificial (IA) es una de las áreas de la tecnología que está experimentando un crecimiento exponencial. Básicamente, la IA permite a los sistemas de computo aprender y pensar simulando como lo hacen los seres humanos. Esto se logra alimentando a las maquinas con datos, y luego enseñándoles a interpretar esos datos para realizar acciones específicas..
La inteligencia artificial es una tecnología que permite que una máquina aprenda de manera autónoma lo que el humano quiere. Esto significa que no es necesario que una persona le enseñe todo lo que tiene que aprender, sino que puede aprenderlo por sí misma, siempre y cuando haya sido entrenada para ello y sea alimentada con al información necesaria.
Esto es algo que también podría hacer un humano, pero no a la velocidad de una computadora. Por ejemplo, una persona puede aprender Italiano por sí misma, pero es mucho más rápido aprenderlo a través de un profesor y siguiendo un método.
El dilema de la Autonomía
Para entender la diferencia entre un sistema de inteligencia artificial y el cerebro humano, debemos poner atención a la autonomía.
Los sistemas de IA necesitan ser programados y entrenados con grandes cantidades de datos y algoritmos para realizar una tarea específica. Los humanos pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo e improvisar ante cualquier situación.
Aunque los sistemas de IA pueden ser muy precisos y eficientes en las tareas para las que han sido programados, no tienen la capacidad de razonar, comprender el mundo y tomar decisiones de manera autónoma, como si lo hacemos los seres humanos.
La inteligencia artificial es capaz de muchas cosas, pero únicamente para lo que fue programada, ya que no tiene autonomía para tomar decisiones. Solo puede hacer para lo que se le entrenó, nada más.
Al no contar con autonomía, la maquina siempre e invariablemente necesita de un humano para darle al menos una instrucción inicial, así que ni entre todas las inteligencias artificiales del mundo podrían cambiar un foco sin un humano que les de la orden de hacerlo, les cargue todos los datos necesarios y les enseñe como realizar la tarea. A partir de ahí podrán cambiar todos los focos que se requiera, pero el inicio siempre lo hace una persona.
Las maquinas no pueden substituir la creatividad humana y el pensamiento innovador, por lo que creo que la Inteligencia Artificial no representa un peligro para el trabajo. Puede ser engañoso ver los textos que se generan con software como ChatGPT o las imágenes generadas por Midjourney, pero aún eso es producto de instrucciones y entrenamiento que se le dio a las maquinas para ofrecer esos resultados. Los robots pueden ayudar a las personas a hacer su trabajo mucho más rápido y con mayor precisión, pero no pueden tomar acción por si mismos.
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor.