La cifra revela en el informe de la Consultora Oliver Wyman da cuenta de que la salida de Reino Unido de la UF podría costar a las entidades financieras británicas hasta 20.000 millones de libras (22.664 millones de euros), siempre y cuando las condiciones de esta separación sean problemáticas.
Un ‘Brexit’ complicado restringiría al Reino Unido el acceso al mercado único de la Unión Europea, y el coste de esta situación, directa e indirectamente ascendería a 38.000 millones de libras. Y es que con la perdida del libre derecho a vender sus servicios entre los miembros de la UE, las firmas financieras se verían afectadas con la pérdida directa de casi 35.000 empleos a los que se sumaría, otros 75.000 empleos menos por el impacto indirecto.
Según las especulaciones, este sector en el que se incluyen bancos minoristas, administradores de activos, aseguradoras y bancos de inversión, perdería a su salida de la UE, algunos importantes derecho que redundarían en las pérdidas citadas.
En este sentido, Héctor Sants, vicepresidente de Oliver Wyman ha señalado que: “Es en el mejor interés para todos que haya un resultado positivo de las negociaciones que sea mutuamente beneficioso para el Reino Unido y la UE, que cause la mínima distorsión a la industria y beneficie a los clientes”.
El reporte, encargado por TheCityUK, el mayor grupo de presión de la industria, buscar conocer las posibles consecuencias que tendría para la capital británica, que podría perder su posición como centro financiero europeo, lo que preocupa sobremanera pues el sector es el mayor exportador británico, además de la máxima fuente de ingresos impositivos.
De hecho, las instituciones financieras generan entre 190.000 y 205.000 millones de libras en ingresos, además de emplear cerca de 1,1 millones de personas. A lo que se suma una posible pérdida de aportes al fisco que podría oscilar entre los 5.600 millones y los 560 millones de libras, según las condiciones en las que se separen.
La conocida como la “city” londinense podría perder su poder, toda vez que todos los centros financieros allí ubicados esperan a conocer los detalles para saber si deberán o no buscar nueva sede desde donde coordinar y gestionar sus operaciones para toda la Unión Europa.