El crecimiento del mercado ha determinado cualquier cantidad de pautas a la mano de los mercadólogos, para desarrollar valor de marca y organizaciones sanas que permitan mayor calidad en los resultados que alcanzan los departamentos de cada una de las empresas.
Esto nos ha llevado a observar el papel de los profesionales encargados de llevar a buen puerto a las marcas, en un instante en que parece que se ha entendido la asignación de responsabilidades, como un valor único en el alcance de los objetivos que se plantean las compañías, sobre todo ahora que sus acciones están orientadas a ver en sus empleados, embajadores de marcas dispuestos promover a la compañía, a través de compartir los valores con los que cuentan.
Este tipo de acciones no solo comprometen a los empleados con las compañías, también obliga a las marcas a tomar mayor responsabilidad.
Lo anterior lo mencionamos luego de que Chipotle obtuvo la orden de las autoridades estadounidenses, para no despedir a empleados de la compañía que usen sus redes sociales para realizar críticas sobre el trabajo en la compañía o en contra de la marca.
Esto ocurrió luego de que en un hecho reportado por Business Insider, el medio trascendió que el National Labor Relations Board consideró como violatoria la política de redes sociales de la cadena, con la que se prohibía a los empleados expresarse de forma “despectiva” sobre la compañía.
El incidente se polemizó, luego de que James Kennedy, un empleado del restaurante de la cadena ubicado en Havertown, Pensilvania, publicó en su cuenta de Twitter que nada era gratuito, únicamente el “trabajo barato”. “Los miembros del equipo sólo hacen 8.50 dólares la hora”.