Las aerolíneas son y serán grandes víctimas del brote del coronavirus. Si desde la semana pasada, ya se vislumbraba una situación complicada este año, desde que el COVID-19 ha saltado a Europa, la situación solo ha empeorado para este sector.
Las previsiones hasta hace pocos días, según la IATA era de una disminución de ingresos de unos 30.000 millones de dólares a nivel mundial, debido a la cancelación de vuelos y suspensión de rutas. Una cifra que muestra como las expectativas de 2020 en el sector aéreo se han desmoronado.
Siguen los problemas
Estos cálculos se han hecho tomando como base la crisis del Sars de 2003, pero se siguen tomando medidas y los números finales podrían ser aun mayores.
Esta semana, por ejemplo el mayor grupo aéreo europeo, Lufthansa, anunciaba que las contrataciones estaban congeladas, se suspendían las rutas a Asia y sus trabajadores podrían solicitar permisos no remunerados de forma inmediata.
Grupo IAG
El grupo que conforman British Airways, Iberia, Vueling, Level y Aer Lingus, ya lo ha dejado claro, los resultados de este año se verán fuertemente afectados por el coronavirus (COVID-19), debido al descenso en la demanda de vuelos de negocios así como de los viajes Asia y –ahora– Europa, especialmente hacia Italia en estos momentos.
Lo que no tienen claro es de cuánto será el impacto económico durante este ejercicio –dada la volatilidad actual no se atreven a dar cifras de las posibles consecuencias–, aunque si se están buscando medidas que les ayuden a paliar esta situación.
Entre estas, reducirán tamaño de aviones dentro de las rutas cortas en Europa, mientras se conocen más detalles de la evolución de la situación y las reacciones de los pasajeros y afectados ante el COVID-19.
Lo que se espera
Con la llegada de la Semana Santa y adelantándose al verano, el sector turístico contiene la respiración por los efectos que el coronavirus pueda tener en las reservas de pasajes (así como en hoteles y otras atracciones).
Mientras en Italia se notan ya los descensos en las reservas (Roma está entre las más afectadas con un 60 por ciento de cancelaciones según la patronal del turismo italiana), en el caso de España, las reacciones aun son tímidas, pero el temor está latente, pues aumentan los casos a diario y ello difícilmente termine siendo positivo, al menos durante las próximas semanas.