Los mecadólogos por naturaleza y lo que hacemos en el trabajo fácilmente podemos ir por la vida etiquetando proyectos, productos y por supuesto a las personas. Desde la perspectiva neurocientífica
1. Etiquetar da por sentado que no hay más por descubrir
Según el científico Andrew Newber, argumenta que cuando uno se encuentra ante algo nuevo, nuestros cerebros siempre buscan el camino para procesar la información que implique menor esfuerzo. Etiquetar es un atajo que usamos para encasillar nueva información y que nos impide aprender más.
2. Ver etiquetas no personas
La costumbre de etiquetar personas fomenta el no conectarse con ellas. Imagina que eres una celebridad y ves a todos como ” tus fans”. Es muy difícil que los puedas ver más allá de tu etiqueta. Imagina tener un brief a la mano y clasificar a tu target como ABC.
3. Las etiquetas matan la curiosidad
Una persona que clasifica bajo el estímulo de la primera impresión puede fomentar el síndrome de ” Burn Out”, un síndrome que te impide realmente ser receptivo con las personas, el presente y definitivamente destruye tu curiosidad. Entiendo que muchos somos adictos a lo que esta etiquetado como nuevo, pero ¿ Cuando nuevo hay que ya esta etiquetado por nosotros que no podemos ver ?
4. La mentalidad ” nosotros contra ellos “
Por otro lado estudios demuestran que el etiquetar fomenta la mentalidad de rivalidad y la idea de ” complot ” fomentando las posturas de ” nosotros contra ellos”. Etiquetar no fomenta la colaboración, no fomenta la curiosidad y por supuesto nos quita la capacidad de ver más allá de lo evidente.
5. Aprendamos de las etiquetas en Internet
Es posible en Internet etiquetar a los usuarios a partir de sus gustos, búsquedas, navegación y su comportamiento en Internet. Lo valioso es que Internet vía la infinidad de puntos de encuentro no proporciona una etiqueta sino múltiples de forma simultanea las cuales nos permiten tener una visión más profunda que solo una clasificación.