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Hacer de tu sueldo la principal razón para quedarte en un trabajo, no es bueno si no te hace feliz.
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Cuando la presión de la carga laborar se hace muy grande, corres peligro de sufrir “burnout”.
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Debes hacer un balance entre el trabajo y tu vida fuera de él.
Si permanecemos mucho tiempo en un mismo lugar y no vemos que la situación mejore, nuestro nivel de motivación bajará considerablemente. A veces puede que no seamos conscientes, nos quedamos inmóviles, pasa el tiempo y de pronto ya no sabemos por qué no estamos bien, algo nos falta. En estos casos, tal vez no abandonamos el trabajo a tiempo y nos dejamos consumir por la rutina. Lazos fuertes entre la empresa y el empleado son muy importantes para llevar una relación armónica y productiva, pero, a veces, simplemente las cosas no funcionan. No están hechos el uno para el otro y, como en una relación tóxica, siguen juntos sin ser capaces de dejarse. Ninguno de los dos se beneficia, pero ahí siguen. Para beneficio de ambas partes, es importante que sepas cuándo dejar un trabajo, antes de que se sigan haciendo daño.
Tarde o temprano es momento de irse. Sea por la razón que sea, todos hemos tenido que dejar algún puesto de trabajo. Posiblemente nos vamos de empresas a las que les dedicamos largos años de nuestra vida, o bien sólo algunos meses, pero, en cualquier caso, necesitas actuar con tacto. No es malo que una relación laboral simplemente no haya funcionado como ninguna de las dos partes lo esperaba. Es normal, por eso se suelen dar algunos periodos de prueba en algunas empresas, para ver cómo se desarrolla el puesto antes de formalizarlo más. Pasado un rato, ambas partes se darán cuenta si la relación puede seguir o si es mejor decir adiós. En cualquier caso, toda decisión personal es comprensible. Como esto a veces puede ser complicado y el miedo nos suele paralizar, aquí te decimos qué señales debes tomar en cuenta para buscar otro trabajo.
Prioridad en la necesidad
El dinero es importante, pero seguro has escuchado incontables veces que no lo es todo. Y es verdad, porque hacer de tu sueldo la principal razón para quedarte en un trabajo, no es bueno si no te hace feliz. Si no te da satisfacción, si no te gusta lo que haces y si detectas más de uno de los siguientes puntos, tal vez el dinero no es suficiente razón para quedarte.
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Un freno al crecimiento
Pocos trabajos tienen planes de desarrollo para sus empleados. Seguido te encontrarás con personas que llevan años en el mismo puesto. Un profesional siempre busca desarrollarse, crecer, no quedarse estancado y si tu trabajo no te permite un futuro mejor, tal vez sea momento de buscarlo en otro lado.
Relaciones problemáticas
En un trabajo interactúas con todo tipo de personas y no con todas te vas a llevar bien. Esto es normal hasta cierto punto, pero cuando vives en constantes pleitos y choques, sobre todo con tus jefes, tu rutina se puede volver muy desgastante. Las diferencias no siempre se pueden arreglar.
Consumido por el ‘burnout’
Cuando la presión de la carga laborar se hace muy grande, corres peligro de sufrir “burnout”. Se trata de estrés laboral extremo, el cual se vuelve crónico y tan peligroso que puede derivar en problemas serios como depresión y ansiedad. Nadie debe acostumbrarse a estas condiciones y tu salud mental es más importante que cualquier trabajo.
Vivir para trabajar
Como en el punto anterior, debes hacer un balance entre el trabajo y tu vida fuera de él. El trabajo no lo es todo, ni debe absorberte de tal manera que el resto de los aspectos de tu vida pasen a segundo plano. No te olvides que se trabaja para vivir y no al revés.