El encargado de receptar los correos electrónicos de Atención al Cliente de una empresa debe estar muy entrenado en el uso de las herramientas digitales. Es que si no es así, puede pasar esto que sucedió en Argentina.
“El desopilante error de una empresa al contestar el reclamo de una clienta”. Así titularon en el medio argentino Telefe Noticias y es acertado para describir lo que le pasó a una joven (Fiorella) que compró un producto para limpiar el teclado de su Mac de escritorio, pero que luego de aplicarlo, se dio cuenta que el aparato ya no funcionaba.
Cuando advirtió el problema, el 16 de mayo pasado, envió un email al servicio de Atención al Cliente del fabricante, Electroquímica Delta, que figuraba en el envase. Allí contó lo ocurrido para ver si conseguía algún tipo de resarcimiento.
Al otro día día, llegó esta contestación: “Claudio, ¿nos hacemos los boludos o le damos una respuesta?”. Obviamente no era para ella. El empleado que recibió el correo se lo quiso reenviar a otro empleado (Claudio, quizás un superior), pero, en realidad, lo respondió.
“Sin poder creer lo que había sucedido, Fiorella les contó a sus amigas por WhatsApp la insólita respuesta que recibió y una de ellas compartió las capturas en su cuenta de Twitter”, explica Telefe. “Cuando no sabés la diferencia entre reenviar y responder a todos”, escribió Lupita Ramone en la red social y el tuit rápidamente se viralizó.
Cuando sos pelotudo y no sabes la diferencia entre REENVIAR y RESPONDER A TODOS. Supongo que a este muchacho lo van a echar. pic.twitter.com/HI3SwscwMH
— Lupita Ramone (@pepita4ever) 17 de mayo de 2017
La clienta dijo que su idea al momento de realizar el reclamo fue saber lo qué había ocurrido, explicó que no había ninguna indicación sobre fecha de vencimiento y confirmó que desde que utilizó el producto, el teclado dejó de funcionar.
Fiorella respondió el correo recibido (“Agradezco tu respuesta de hacerte el boludo”, escribió) y reclamó que le paguen el teclado, ya que debió comprase uno nuevo. “Lejos de pedirle disculpas por lo que había ocurrido, un ingeniero le pidió como respuesta la foto del producto y el código de cuatro dígitos ubicado en el aerosol”, contó Fiorella al medio argentino, para luego confirmar que si no tiene una respuesta satisfactoria, se quejará a Defensa del Consumidor.