La importancia de la seguridad en internet, cobra cada vez más fuerza, tras conocerse la capacidad que tienen los cibercriminales de utilizar con fines ilícitos la información a la que acceden con sus malas artes. Tan sólo en España, cada día se ven afectados por ataques, más de 100.000 equipos según cifras del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).
De hecho, datos aportados por la consultora Gartner estiman que tan sólo durante este año, el cibercrimen generará más de 79.000 millones de euros. Un de las tantas cifras que le han ganado la nada honorable posición de ser considerada la mayor actividad delictiva de la historia, por encima del narcotráfico, el terrorismo o la corrupción gracias al elevado número de usuarios afectados.
Las proyecciones de este lucrativo pero poco ético negocio que constituye el cibrecrimen, muestra una tendencia creciente que no parece que vaya a frenarse en los próximos años, a pesar de las constantes iniciativas de gobiernos, empresas y organizaciones que luchan contra ello.
Y es que se solía pensar hasta hace poco, que las mayores afectadas por este problema eran las grandes corporaciones, sin embargo, informes realizados por Kaspersky Lab y Avast, señalan que el 70 por ciento de los ciberataques están dirigidos a pequeñas empresas, de las cuales, seis de cada diez desaparecen seis meses después.
A pesar de este panorama, del que parece no estar a salvo ninguna organización, apenas un 38 por ciento de las organizaciones globales confiesa contar con preparación para enfrentar un ataque sofisticado, según el reporte de ISACA International.
Entre las consecuencias de este tipo de ataques, no sólo se encuentra el aspecto económico sino también la reputación de las empresas, un intangible que mucho cuesta construir, pero que fácil se puede afectar. De hecho son numerosos los casos en los que no se denuncian las acciones maliciosas, para no verse comprometidos y por ende exponerse a la pérdida de confianza por parte de los usuarios, clientes o consumidores.
La ciberseguridad es una responsabilidad conjunta, que no solo corresponde a las grandes empresas (aunque está claro que existen aspectos que son inseparables de sus servicios y responsabilidades), sino que debe también contar con la acción de los usuarios para que sea efectiva.
Por ello, entre las recomendaciones básicas que realizan los expertos a los usuarios comunes para proteger los equipos (tanto en casa como en el tabajo), se encuentran la actualización constante para contribuir a evitar vulnerabilidades en el sistema, el uso de contraseñas ‘fuertes’, con minúsculas, mayúsculas, números y símbolos y la periódica realización de copias de seguridad para evitar la perdida definitiva de datos.