Se dice que el orden de los factores no altera el resultado, sin embargo, cuando se trata de medir el desempeño al momento de establecer áreas de oportunidad y de aumentar las opciones de integración en el mercado interno y externo, estar un escalón arriba o abajo sí se vuelve un factor considerable.
El Foro Económico Mundial dio a conocer el ranking mundial en materia de competitividad, en el que América Latina no cambió a los países que se encuentran en el top cinco, no obstante, si se observó alteración en el acomodo de las naciones.
Según el organismo, Chile repite como el mejor posicionado de la región en el listado al situarse en el puesto 33, mismo sitio que en 2016; le sigue Costa Rica quien e ubica en el lugar 47, en la edición del año pasado apareció en el cuarto puesto al situarse en el lugar 54; en tercer lugar se encuentra Panamá, en la posición 50, en el último ranking se encontró en el sitio 42.
En lo que refiere a México, el país perdió un puesto a a nivel regional al colocarse en el puesto 51; al tiempo que Colombia, quien a pesar de repetir puesto en la edición del año anterior, quinto lugar, en el listado global pasó de la posición 66, desde el sitio 61 en 2016.
El foro contempló a 19 países de la zona, en el que Bolivia, Cuba, Guyana, Surinam y Guyana Francesa, quedaron fuera por carecer de información suficiente; de igual forma señaló que el panorama en Latinoamérica empeoró en líneas generales, ya que en este año un total de nueve países bajaron su posición en el ranking con respecto a la edición anterior, siendo República Dominicana el que más descendió, bajó 12 puestos y se quedó en la casilla 104.
El Foro Económico Mundial consideró 12 parámetros para evaluar el desempeño de las naciones en cuanto a competitividad se refiere: innovación, infraestructuras, escenario macroeconómico, salud y educación pública, educación superior y formación, eficiencia del mercado, eficiencia laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado y sofisticación del negocio e innovación.
Uno de los apartados que convirtieron a Chile como el puntal de la competitividad en América Latina trata acerca de la confianza en las instituciones públicas y privadas, una mejor adaptación a la tecnología así como una sofisticación empresarial. En contraparte, Brasil es el país con menor credibilidad en sus políticos.