El turismo es una de las actividades económicas donde la transformación digital y la tendencia del consumidor, se ha extendido en igual proporción, ante dinámicas donde resulta indispensable el uso de aplicaciones y redes sociales, cuya cualidad es la inmediatez con que comunican y operan, además de un perfil de viajero que busca en todo momento entenderse entre lo online y offline.
A medida que el turismo se ha digitalizado, el consumidor que compra viajes y experiencias dentro de la industria es uno que se familiariza con el entorno a través de su relación entre lo digital y las recomendaciones que obtienen de manera externa, como ocurre con las recomendaciones de voz en voz, por ejemplo.
A esto se suman cifras interesantes como las proyectadas por el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial, donde España, Francia, Alemania y Japón lideran la lista de naciones con la mejor experiencia en marketing turístico, esto es, cuentan con una mezcla perfecta entre recursos naturales, infraestructura y servicios turísticos.
Tener a la mano este tipo de índices, así como un conocimiento del contexto turístico que se desarrolla tanto en digital como en forma offline, brinda al mercadólogo la oportunidad de ajustar estrategias que empatan las necesidades informativas, de producto y experiencias como las que responden el querer saber más sobre un destino, la forma más económica o lujosa de hacerlo y tener la facilidad de adquirirlo, en todo momento.