Los influencers se han convertido en parte importante de muchas campañas de marketing en los últimos años, hasta el punto de ser imprescindibles para muchas empresas. El espacio ganado en la dinamización de la publicidad en el ámbito digital, por profesionales como los bloggers, instagramers, viners, youtubers e influencers ha sorprendido a muchos, pero tiene causas lógicas que bien vale la pena analizar.

Estos profesionales ‘independientes’ que logran a través de los medios digitales atraer a grandes audiencias por su estilo, trabajo y personalidad, se han convertido en objetivo de las agencias, porque no se trata de solo de creer que el marketing de influencers “tan solo sirve para llevar tráfico de un sitio (canal de influencer) a otro sitio (nuestro site) con el fin de vender un producto. Es mucho más que eso, y según los todos los estudios, los influencers, o los próximos “ers”, seguirán a la orden del día en un futuro próximo. , como señala Luis Núñez de The Inbounder.

Entre las razones por las que numerosas marcas confían su imagen a los influencers se encuentran:

Humanizan la marca: Un estudio de Nielsen, da cuenta de que el 92 por ciento de los consumidores “se fía más de una cara que de un logo y prefiere el ‘boca a boca’ que la publicidad intrusiva”. En este aspecto el influencer es una pieza clave para asociar una forma humana a los productos a través de una necesidad satisfecha.

Contextualiza el contenido: Ente los temas problemáticos de la actualidad publicitaria tradicional, se encuentra el intrusismo. Si antes los consumidores lo consideraban un servicio, las nuevas generaciones son cada vez más exigentes a la hora de aceptar mensajes generales que no tengan nada ver con sus necesidades. “Los influencers, con sus historias, ponen un contexto adecuado a tu marca para que la publicidad resulte nativa” como explica Núñez.

Inspiración para nuevos productos: Los influencers aportan entre sus valores básicos un “engagement” natural con su audiencia. “En otras palabras, hacen hablar a sus seguidores, dando su opinión sobre el tema y aportando ideas para el futuro.” La información obtenida a través de este intercambio es fundamental porque ofrece pistas e ideas obtenidas de forma directa desde los consumidores, y no exclusivamente de brainstormings, encuestas, focus groups, etc. Es el influencer a través de su discurso, quien logra esa información.

Elimina intermediarios: Un influencer puede poner a prueba el productos con la minuciosidad necesaria, con la ventaja de tener una audiencia cautiva y de que está direccionado por la marca. A esto se le suma el valor añadido de que se obtiene de forma directa el feedback de los usuarios, con lo que existe un considerable ahorro de trabajo.

Generación de demanda: “Es la razón más obvia. La audiencia del influencer recibe una oferta de un tercero a través de su canal y, al tratarse de un producto específicamente diseñado para esa audiencia, la eficiencia de la campaña se multiplica. De hecho, la satisfacción de los directores de marketing con este tipo de campañas ronda el 80%, como comenta Núñez. La aparición de esta tendencia de los influencers en todas sus formas digitales, han cambiado el panorama de la publicidad, hasta el punto de que, más allá de la diversificación de más inversión en soportes, ha nacido una nueva rama de agencias, especializados en estos profesionales ‘independientes’.

Por ahora las proyecciones sobre la influencia de estos personajes digitales son muy alentadoras, hasta el punto de que incluso “se están popularizando nuevas técnicas con influencers basadas en la búsqueda de perfiles mucho más amateurs: los llamados micro-influencers. Personas con una red normal pero capaces de influir en su entorno.” Nuevas posibilidades para las marcas de crear una imagen de forma aun más natural, que bien puede ir de la mano con la actual tendencia de la publicidad nativa a la hora de emitir sus mensajes. Y es que el universo de los influencers, por ahora, solo parece destinado a la expansión.