Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
“Es el hijo de la bomba atómica… la bestia sagrada del apocalipsis…”
Tomoyuki Tanaka, creador de Godzilla, definió así al monstruo que nació hace 70 años.
Para un adulto mayor, Godzilla está en plena forma. 2024 inició con su primer premio Oscar para “Godzilla Minus One” y ahora se le ve de nuevo en la taquilla con “Godzilla y Kong: El nuevo imperio.”
Es su filme número 38, el número 13 de King Kong y el número 5 en el MonsterVerso que incluye dos series también. Es curioso, pues a pesar de su tamaño, frente a otras franquicias (Marvel, Rápidos y Furiosos, Misión imposible), la de Godzilla quizás tiene un perfil más bajo, pero su longevidad es a prueba de balas (y otros recursos destructivos).
Godzilla deja el ruido y la destrucción para la pantalla grande. “Godzilla Minus One” es el mejor ejemplo. Con un presupuesto de menos de 12 millones de dólares hizo 112, un multiplicador notorio cuando se considera que 2023 se vio plagado de muchas franquicias tropezando (las mencionas, más “Indiana Jones y el dial del destino”, por mencionar sólo algunas de las producciones de altos vuelos que no cumplieron con expectativas y que incluso perdieron como “The Marvels”). ¿Qué ha hecho a Godzilla una propiedad tan longeva?
Godzilla nace en 1954 a manos de Tomoyuki Tanaka, Eiji Tsuburaya e Ishiro Honda, también director del filme. Es hijo de la radiación nuclear. Es hijo de la Segunda Guerra Mundial, en especial de los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki.
De hecho, la historia del personaje indica que Godzilla es un monstruo prehistórico reptiliano que despierta y se energiza luego de muchos años de radiación nuclear. La destrucción que ocasiona es una metáfora precisamente de las armas nucleares, pero no nada más, y ahí está el poder y la trascendencia de Godzilla.
Una metáfora es la representación de un significado por medio de otros recursos. Entonces cuando se habla, por ejemplo, de “la primavera de la vida” lo que se hace es significar la juventud (una etapa de la vida) a través de las estaciones del año, en específico de la estación que tiene paralelismos o equivalencias con ese momento en el desarrollo de un ser humano.
Para que la metáfora funcione esos aspectos que se encuentran en coincidencia deben ser fáciles de identificar permitiendo dimensionar de manera distinta aquello que se significa. En este ejemplo, ayuda, sin duda, el que las estaciones del año son como los ciclos de la vida.
La metáfora se ciñe en el ejemplo a una estación, pero el sistema que se crea permite expresar mucha más (como decir que una persona florece o que alguien se marchita).
La metáfora de Godzilla era simple: Godzilla es como la radiación nuclear (siendo puristas, al agregarle el como se trata de un símil). No obstante, el poder de Godzilla era y ha sido mayor, permitiendo que la metáfora cambie. Godzilla ha representado a Estados Unidos como potencia que subyuga a Japón, pero también aspectos más universales.
Ha sido una forma de representar la apatía, la negligencia, la ignorancia, los desastres naturales y la condición humana. En “Godzilla Minus One” es la vergüenza que el protagonista debe expiar durante la historia luego de no haberse permitido actuar. En “Godzilla y Kong: El nuevo imperio” toma otro matriz que quedará para quién vea el filme.
Godzilla está viva y seguirá viva porque es universal y porque es, hablando metafóricamente, el envase perfecto para significar cualquier reto o amenaza de grandes dimensiones.
El profesor Hayashida ha dicho sobre que los monstruos nacen “cuando la humanidad está en conflicto con la naturaleza” y la naturaleza de la humanidad es conflictuada.
¡Larga vida a Godzilla!
