La aerolínea finlandesa Finnair emprendió una campaña en la que se les pide a sus pasajeros, de forma voluntaria, pesarse previo a la salida de un vuelo; la estrategia no tiene como objetivo que se cobre más a sus clientes con sobrepeso o sesgarlos, sino tener precisión sobre datos del peso de la aeronave así como de la carga de combustible.
Según un reporte de la BBC, la directora de comunicación de la firma aérea, Päivyt Tallqvist, indicó que las empresas tiene conocimiento de cuánto pesa un avión, cuánto pesa el equipaje, pero no los pasajeros. El sector basa esa información con base en estimaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) en la que los parámetros indican que el peso de un hombre promedio es de 84.5 kilos, el de una mujer en 66.5 kilos, al tiempo que el de los menores de 12 años es de 30.7 kilogramos.
Sin embargo, debido a la diversidad de rutas que ofrece la compañía, la fisonomía en los pasajeros puede cambiar drásticamente; ya que vuela desde Finlandia a Europa, Asia, Australia y América del Norte, por lo que la combinación de pasajeros no genera detalle concreto sobre el peso de las personas, sobretodo en vuelos de larga duración.
Es por ello que lanzó la iniciativa, para poder determinar a plenitud la cantidad de combustible necesaria para sus vuelos; no obstante, uno de los cuestionamientos que surgen con esta estrategia es que al ser un asunto voluntario, los datos que se arrojen pueden no ser contundentes; por lo tanto, los esfuerzos de la empresa se centran en conseguir alrededor de dos mil personas durante la época del invierno, ya que con este número podrán tener la información necesaria para su objetivo.
De igual forma, se indicó que en la primavera del próximo año se continuará con el informe, cuando la gente viaje con menos ropa a consecuencia del clima. Durante el invierno, la gente se transporta con abrigos, lo que modifica la prueba.
A pesar de ello, existe gente que supone que a través de esta medida, la aerolínea trate distinto e incluso modifique sus tarifas a gente con kilos de más. Durante 2013 la firma aérea Samoa Air causó polémica al convertirse en la primer empresa a cobrar a los pasajeros por cada kilo que estos pesaran.