Un país conteniendo en su mapa cerca de 35 millones de hogares y 126 millones de personas. Somos un país de aparente infinitud, por donde transcurre,s descubres colores, aromas, texturas. Si México fuese un vino, ¿seríamos redondos, equilibrados o armoniosos? Creo, seríamos todo lo posible y con un poco de pensamiento fantástico incluso casi todo lo probable.
¿Se puede transformar algo que desconoces? Los colectivos y asociaciones en estos espacios de tiempo inundan las redes, periódicos, televisión y algunos otros canales de información desvelando la importancia de asociarse en busca de mejorar el entorno. Este planteamiento al menos en el discurso parece brillar dentro de una canasta de los deseos y buenas intenciones. En este sentido, diferenciar entre lo que se desea y lo que necesitamos anoda desde una perspectiva general el impacto y resonancia de estas organizaciones que agrupan sectores de carácter político, empresarial y parte de una sociedad representada por ciudadanos independientes.
Escuchamos de vez en vez: “todo depende del cristal con que se mira”. Por supuesto, los contextos cuentan y logran confundir aún más el concepto de la “realidad” hasta un punto en el que se asume la existencia de “varias realidades”, este “relativismo” ha logrado permear hasta dar por hecho su existencia.
La búsqueda del sentido, este propósito tácito en el enunciado antropológico que pareciéramos sobrescribir a cada despertar, aunque la realidad convierte esta sobreescritura en comas, puntos seguidos, puntos aparte. El inevitable hilo conductor que se adelanta sin permiso, ese hilo que inclusive acelera cínicamente convirtiéndonos en su estela, tal vez, las sugerencias recurrentes sobre de un futuro que nos rebasa e inalcanzable encuentra en estos recovecos de la palabra la justificación de que el destino existe, y por ende, nos vemos imposibilitados de infundir en él nuestros propósitos.
La ventaja y desventaja de impulsar idóneamente un servicio o producto radica en el conocimiento del cómo y dónde habita el consumidor. Cardinalizar los distintos factores y cualidades de nuestro mercado potencial nos debe procurar un primer dibujo con la descripción más detallada posible de sus cualidades. Conformarse con un propósito al cual solo le queda la “probabilidad” de éxito reducida a la suerte o casualidad, lo único que dibuja es un precipicio en el que estamos dispuestos a caer por más que intentemos ocultarlo en los encabezados. Los esfuerzos de nuestra organización pudieran estar en conexión con el “cliente cautivo” suponiendo que este exista, o se están dirigiendo a la búsqueda de nuevos clientes. ¿Conformarse con aumentar el ticket promedio de nuestra organización o el atrevido pensamiento de aumentar nuestras operaciones? Tu organización seguramente camina en uno u otro supuesto, valdría la pena hacerlo con rigurosa consciencia.
