Gestionar un blog es una tarea que en ocasiones puede encontrar múltiples dificultades, principalmente cuando las ideas respecto al contenido dejan de fluir, aún así su función sigue siendo muy efectiva cuando se hace de la forma correcta pues incluso se pueden generar ingresos con ellos. Según datos de HubSpot, los mercadólogos que priorizan las tareas de blogging tienen 13 veces más probabilidades de ver un retorno de inversión positivo en sus esfuerzos.
¿Aún funcionan los blogs?
Como dato curioso, hasta 2016, Search Engine People indicaba que estos canales de comunicación eran considerados la quinta fuente de información más confiable para obtener información precisa desde internet. Así que se puede decir que sí, aún funcionan. Sin importar la temática, un blog tiene múltiples ventajas pero para aprovecharlas se necesita sortear algunos retos.
¿Cuál es la extensión ideal?
Existe un debate al rededor de esto pues uno de los principales retos al gestionar un blog es con el contenido, no hay una pieza que pueda denominarse “perfecta” hasta ahora, y por una parte se encuentran datos como el de Search Metrics, que mencionan que el conteo promedio de palabras de los artículos ubicados en el top de los buscadores se encuentra entre las 1,140 y 1,285. Con lo anterior se podría deducir que una entrada de blog con más palabras es ideal pero tener más palabras no es lo mismo que tener buen contenido.
En un blog, el contenido efectivo o bueno es aquel que logra ser compartido por la audiencia o que logra generar engagement ya que cubre las necesidades de quien lo lee sin importar tanto la cantidad de palabras que contiene.
¿Entonces existe una relación entre la cantidad y el desempeño?
Posiblemente, la empresa Influence and Co. se dio a la tarea de analizar 4 millones de piezas de contenido publicadas y encontró que el promedio de palabras que contenían era de 565. Sin embargo, las que fueron más veces compartidas por la audiencia tenían al rededor de 800 palabras.
En esta época donde todo avanza más rápido, el éxito radica en encontrar el equilibrio con la cantidad y calidad. Tener un texto de entre 600 a 800 palabras da el suficiente espacio para agregar información relevante y a la par el tiempo consumido no es tan largo como para que la audiencia lo vea por completo y pase a otra cosa.