Primero, branding es un anglicismo que hace referencia al proceso de construcción y gestión de una marca, por medio de estrategias dirigidas a incrementar su valor.
Es decir, el branding personal constituye todas aquellas acciones que ayudan a la persona en cuestión a posicionarse en el mercado laboral.
En tanto, la marca se refiere a una señal distintiva; es decir, al resultado de todo el proceso de creación de una identidad. Aplicado esto, es la posición que cada uno ocupa en el ámbito profesional o la reputación que se adquiere después de la implementación de estrategias de branding.
Ambos conceptos son entonces complementarios, uno consecuencia del otro. El branding personal lleva a la marca personal y se diseña a partir de ella, uno no existe sin el otro, pero no son conceptos iguales.
Una estrategia de branding es por ejemplo participar en eventos con fines benéficos para la sociedad, así, la marca personal se verá impactada por la característica de ser caritativo.
Otra, va desde el diseño de tarjetas de presentación, algo que forma parte del networking, pues logra hacer conexiones auténticas con los usuarios, enviar información por mensaje de texto o correo electrónico son actividades que se utilizan por practicidad, pero siguen siendo impersonales, el contacto visual y la conversación cara a cara son los verdaderos secretos para establecer una nueva relación.
Al final, la marca personal comienza con la creación de una persona que llega a las demás personas siendo único y original, no solo un pedazo de retórica, se trata de una educación a la audiencia.