La investigación de Mercados es una herramienta básica para los Mercadólogos. Es una herramienta a la cual nos podríamos referir casi como las herramientas básicas que un doctor utiliza en una cirugía o las herramientas para un ingeniero mecánico.

En realidad es una potentísima herramienta, que tiene como objetivo permitir a la empresa obtener la información necesaria para establecer las diferentes políticas, objetivos, planes y estrategias que son más adecuados a sus intereses.

Pero… en realidad… ¿este es el objetivo de la investigación de mercados? Finalmente, el objetivo real es la toma de decisiones, del cual muchas de las investigaciones se olvidan.

Muchas de las investigaciones realizadas podrán contar con la mejor metodología o los mejores resultados obtenidos, sin embargo, en el momento de implementar, no se toma la decisión o se queda guardada en el archivo o en la planeación de implementar los resultados obtenidos. Pero también se debe considerar que la implementación de los resultados es un paso sumamente importante y también para considerar otras circunstancias.

Mucho se ha sabido de grandes e importantes investigaciones que se han realizado en el pasado con muestras enormes y con una metodología impecable y sin embargo, en el momento de implementarse, han fracasado.

¿Por qué pasa esto? Simplemente porque en el momento de lanzar un producto en el mercado, o en el momento de hacer la modificación no es aceptada por el consumidor. Siempre que se lanza un nuevo producto, se debe considerar que existe el gran riesgo al cual todos los productos nuevos de enfrentar ¿Será aceptado por el consumidor? Y es que se dice que el consumidor es una “caja negra”, el cual, a pesar de tener un proceso teórico bien definido, no necesariamente se comporta como un robot, o toma las decisiones que había procesado originalmente en su mente, en el cual identifica que le hace falta algo, busca, evalúa y adquiere o usa los bienes o servicios para satisfacer sus necesidades.

Esta “caja negra” se ve afectada por dos tipos de estímulos, tanto internos como externos, los cuales en un momento dado pueden hacer que tome una decisión o que deje de tomar una decisión de compra.

Es por esto que en el momento de tomar una decisión con la información obtenida en una investigación de mercados e implementar ciertas acciones, se debe considerar ampliamente que el consumidor tendrá una posible variación fruto de este “proceso indefinido y no necesariamente conocido en su totalidad” ya que estará afectado por situaciones que en muchas ocasiones él mismo no comprende y que tiene como objetivo encontrar su felicidad en los satisfactores que busca.